Cierta noche, en la calmada aldea Chingté de Liyue, una estrella surco por los cielos de aquel pacifico lugar para luego estrellarse a en los montes cercanos, a partir de ese día la aldea seria más escandalosa, todo por cierto muchacho con cola de m...
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Era de mañana en el Estanque Luhua, era el día en el que el castigo de Sun Goku terminaba, ya no tenía que meditar y era completamente libre. No tenia de que quejarse pues la meditación siempre ayudaba aclarar sus pensamientos y manejar su ki, una forma de entrenar bastante importante para el joven, aparte que se entretenía en su imaginación con combates mentales contra viejos enemigos. Y a pesar de que la Preservadora parecía murmurar cosas, paso un buen tiempo con ella.
Se levanto de su pose meditativa y se estiro, y luego de meterse a un baño en el lago fue a buscar una que otra hoja comestible y finalmente algo de carne. Ya no tenia que comer como vaca.
El joven fue a la pequeña cueva en la que estaba la canasta de Roxin, listo para darles los buenos días.
— ¡Ey Roxin! Mira lo que trajo tu papá para comer, pato asado a la roca, de seguro quedaran increíbles — dijo el joven mirando su canasta, pero la niña no parecía asomarse — ¿Roxin?
Goku miro por la cesta confundido, pero sintió un vuelco en el corazón al ver que no estaba, eso no tenía sentido, debía de estar por alguna parte, pero la cueva no tenia ni una sola cavidad más que la de la entrada. Tampoco habian huellas.
— ¡¿Roxin?! ¿Dónde estás? — Goku ahora estaba cada vez más preocupado.
No obstante, cuando le dio una ojeada de nuevo a la canasta noto algo, ahí dentro habia una carta, Goku la iba a sacar, pero cuando escucho el revoloteo de unas alas otra vez entro en pánico.
— ¿Todo bien Sun Goku? — pregunto la Preservadora que se asomo por la entrada de la cueva.
— ¡Ayayay! Que susto Maestra ¡Si todo bien! ¿Por qué no estaría bien? ¡Todo están bien jeje! — dijo Goku viéndose nervioso, pero parecía ser que el ave lo paso de largo.
— Bueno, yo ire a mi montaña, tal vez Shenhe y Xiao estén ahí. Ya es tu asunto la hora en la que quieras ir — Y con un tono con el que nadie sospecharía, la Preservadora se fue del lugar.
Goku espero un rato y volvió a su asunto, por lo que rápidamente agarro el sobre de la carta para leer su contenido. Lo que logro leer lo dejo totalmente perplejo.
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