Cierta noche, en la calmada aldea Chingté de Liyue, una estrella surco por los cielos de aquel pacifico lugar para luego estrellarse a en los montes cercanos, a partir de ese día la aldea seria más escandalosa, todo por cierto muchacho con cola de m...
Era una noche como cualquier otra en Inazuma, la nación de la eternidad. La ciudad poseía la calma y serenidad de siempre, pero a su vez bastante alegría, pero en donde si había verdadera tranquilidad eran en sus bosques. No obstante, de estos se cuentan varias leyendas, y no hay lugar con mayor cantidad de mitos que el Bosque Chinju.
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Se cuentan varias historias de encuentros con fantasmas o Yokais aterradores, muchas las cuales hacen helar la piel a más de uno. Muchos incrédulos simplemente las ignoran, pero en ciertas fechas, el aura de aquel bosque cambia repentinamente, siendo más tétrica y misteriosa, pues de lo que era antes un bosque del cual todos se sentían familiarizados, ahora era uno el cual ocultaba secretos de los que nadie sabía.
Por eso mismo, se hizo por parte de la Comisión Yashiro y el Santuario Narukami un evento, el cual era la Prueba de valor Akitsu. En este podía entrar cualquier persona, siempre y cuando tenga la valentía de cumplir los desafíos dados durante el evento. La estrategia era simple, ir en pareja a buscar el objeto ordenado por la Miko anfitriona, una tarea sencilla, pero en el bosque todo podía ocurrir.
— ¡Ay Gorou! ¡¿Qué fue eso?! ¿Un fantasma? — dijo un aterrado Goku.
— ¡Fue solo el viento! O tal vez la Señorita Yae acechándonos... — dijo Gorou con miedo al pensar en eso ultimo.
— ¡Uha! — sin embargo, la pequeña Roxin parecía divertirse.
Goky y Gorou estaban haciendo equipo en la segunda ronda, más por obligación pues no tenían otra persona con quien más unirse cada uno, pues Shenhe decidió quedarse en Sumeru a aprender de las amigas de Dunyazard y Kokomi estaba ocupada como siempre. Por lo que la confianza de ambos había bajado, uno por miedo a los fantasmas y otro por miedo directo a la propia Yae.
— ¡Wa! — no obstante, la pequeña Roxin era más valiente, por lo que no habia nada que le nuble su mente cuando se trataba de señalar el objetivo — ¡Wa!
— ¿Qué ocurre Roxin? — dijo Goku viendo a su bebe que estaba en su mochila, hasta que de pronto vio a donde apuntaba su dedo — ¡Ah! Mira Gorou, ahí están los abanicos ¡Eres una niña muy lista Roxin!
— ¡Ga!
Encontraron una caja la cual contenía en su interior unos cuantos abanicos de plumas. No parecían ser los primeros pues se veía espacios vaciós, pero tampoco es que eran los últimos en llegar, por lo que de seguro podían llegar a la siguiente ronda.
— Uf, al fin conseguimos una, y no nos llevamos ni una sola sorpresa... aunque creo que el viento y las cosas moviéndose eran cosa de Yae — dijo Gorou aun con la cola erizada.
— Lo dudo, ella tiene un ki alto y no lo he sentido en ningún momento, me pregunto que habrá pasado — dijo Goku pensante.
No obstante, algo que le saco de sus pensamientos fue cuando vio unas figuras pasar a lo lejos entre los arbustos, pero no unas fantasmales, sino unas totalmente familiares. Paimon, Lumine e Itto, estos estaban corriendo entre los arbustos mientras se alejaban del camino, eso hizo a Goku darse cuenta lo que ocurrió.
