Capitulo 3

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Francisco se despertó con la misma lucha interna de siempre: el deseo de quedarse en la cama versus la responsabilidad de ir a clases. Aunque intentó fingir estar enfermo, su madre no cedió y lo obligó a levantarse. El aroma del chocolate caliente llenó la casa, trayendo consigo recuerdos de su infancia. Recordó las tardes de invierno junto a Esteban, ambos bebian de aquella bebida espesa con bombones que preparaba su madre metidos en un fuerte de cojines y sábanas.

–Uy, que rico huele– Dijo Francisco apareciendo detras de su mamá.

–Lo prepare para comer el pastel que hiciste con Estebi– Dijo su mamá feliz. –Les quedó muy rico–

Francisco solo mostró una sonrisa de oreja a oreja. Estaba feliz y orgulloso a la vez.

–¿Sabes si Esteban vendrá?– Pregunto nuevamente su mamá.

–No lo sé– se quedó junto a su madre la cual revolvía el chocolate entusiasmada –Ya parece que lo querés más a el que a mi–

–Ay que exagerado–

Francisco solo rio y camino a la mesa, su madre apareció tras el y colocó el desayuno en el mantelito de la mesa, mientras comía su teléfono vibró con un mensaje de Esteban: "¿Te veo en clase?".

Sonrió al leerlo, aunque la mañana había comenzado con dudas ese mensaje le había devuelto las ganas de ir a la escuela.

Está vez no pasaron por él, si no que ahora su mamá se habia encargado de llevarlo a la escuela. No podía quejarse, cada vez que su madre lo llevaba a la escuela era lo más divertido.

Ahora mismo en el auto suena "Genie in a bottle" de Christina Aguilera, ambos cantan a todo pulmón la canción que se saben al derecho y al revés mientras su mamá conduce.

Al llegar a la escuela, Francisco se despidió de su mamá con un beso en la mejilla.

–Nos vemos a la salida mami– Dice con una sonrisa abriendo la puerta del auto.

Toma la correa de su mochila y la coloca en su hombro para luego bajar del auto.

Camino hasta la puerta de la escuela y después de saludar al portero de la escuela. Se escuchaba el bullicio de los chicos en todo el patio, también algunas chicas conversaban y uno que otro grupo hacía lo mismo.

Buscaba a Esteban con la mirada, pero era más fácil encontrar una aguja en un pajar que a el en la puerta de la escuela.

–¡Cuidado!– exclamaron a lo lejos.

Francisco giro la cabeza y al hacerlo sintió un golpe seco contra su cara hasta hacerlo caer.

El balón rebotaba a su lado, enseguida toque mi mejilla.

–¡Lo siento, lo siento!– Corrió un chico en su dirección, ayudándolo a levantarse. Al agachar su cabeza sintió un líquido caer de su nariz. Rápidamente llevo su mano a su nariz viendo el líquido rojo en su mano.

–Ay no...– Dijo Francisco, no había nada que odiara más que la sangre.

–Perdon, te juro que fue sin intención– Dijo el muchacho con notable miedo y nerviosismo. –Te llevo a la enfermería–

El muchacho caminaba sosteniendo a Fran del brazo en camino a la enfermería. Francisco tenía la cabeza hacia atrás evitando que la sangre callera. Al llegar a la enfermería fue atendido de inmediato por la enfermera, afortunadamente no era nada grave.

Cuando su vista se aclaro pudo darse cuenta de que el muchacho era un chico de cabello ondulado y negro, era alto, llevaba la playera vinotinto y unos shorts negros. Había de admitir que era muy guapo, no habían cruzado palabra alguna desde que paso el incidente hasta que el moreno se atrevió a hablar.

ʸᵒᵘ ᵇᵉˡᵒⁿᵍ ʷⁱᵗʰ ᵐᵉ| 𝐹𝑟𝑎𝑛𝑐𝑖𝑠𝑐𝑜 𝑥 𝐸𝑠𝑡𝑒𝑏𝑎𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora