Capitulo 4

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Llegaron a casa y el cuestionario no se hizo de esperar, la madre de Francisco sostenía un pañuelo en el cual había envuelto un paquete de guisantes congelados. Esteban solo podía espectar todo desde el sofá.

–Ma, ya te dije que fue un accidente– Dijo Francisco un poco adolorido.

–Es tu segundo día de clases Francisco Romero y mira como venis– Decía la mujer un poco alterada.

–Estaba en el patio, y Leo, me dió un balonazo accidentalmente– Dijo Francisco alejando la mano de su mamá porque el toque del hielo le comenzaba a producir dolor.

El teléfono de la mujer comenzó a sonar, a lo que todos asumieron que se trataba de una llamada de trabajo.

–Esteban, cariño, ¿podés ayudarme?– Esteban se levantó y camino hasta la mujer tomando el paquete de hielo. La señora abandonó el lugar inmediatamente a contestar la llamada.

–Auch...– dijo Francisco al sentir el pañuelo.

–Lo siento– Esteban se disculpo inmediatamente y soltó la presión que ejercía sobre la mejilla de su amigo. –Te arruinaron la carita, mira, tan bonita que era– bromeó.

–¿Acaso ya no es bonita?– pregunto Fran un poco nervioso por las palabras de su amigo.

Esteban solo atino a reír, mientras continuaba con su labor asignada. Mientras tanto Francisco se permitía contemplar el rostro de Esteban ¿Desde cuándo tenía tantas pecas?, se veía mucho más atractivo que siempre. Aún que de rato en rato sus miradas chocanban causando un alboroto en el pecho de Francisco.

–Asi que Leo, se ve un chico bastante genial– Dijo Esteban, retiro el hielo de la cara de Francisco, jalo una silla para poder sentarse frente a el.

–Lo es, se mudo recién y se puso inscribir al colegio– dijo con una sonrisita.

–No se Fran... No me da buena espina– Dijo Esteban.

–Bueno... Quizás es porque aún no lo conoces, deberías darle una oportunidad– Dijo Francisco mirando a Esteban fijamente, dentro de el, sentía que Esteban estaba celoso y eso solo alimentaba sus ideas.

Esteban frunció el ceño, sintiéndose incómodo con la mirada penetrante de Francisco. –Solo digo que deberías tener cuidado–, respondió, tratando de disimular su incomodidad. –No me gustaría verte metido en problemas y ese muchacho parece ser problemático–.

Francisco asintió, pero algo en su interior lo impulsaba a defender a Leo. –Esteban, pero creo que Leo es un buen chico. Solo necesita adaptarse un poco más a la escuela, eso es todo–.

Esteban suspiró, sabiendo que no podría convencer a Francisco fácilmente. –Bueno, espero que tengas razón.–

Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Francisco. –Estare bien–

Mientras tanto, en la sala de estar, la madre de Francisco terminó su llamada y regresó con una expresión preocupada. –Chicos, tengo que ir al trabajo por unas horas. ¿Pueden cuidarse solos?–

–Si ma, ve tranquila– respondió Francisco, mientras Esteban asentía en señal de acuerdo.

–Adios mis niños– Se acercó dando un beso en la frente de cada uno de los chicos –Ni creas que se me olvida la conversación pendiente Francisco– lo dicho por la mujer causó que el chico riera, posterior a eso la mujer salió rápido.

Después de que la madre de Francisco se marchara, un silencio incómodo llenó la habitación. Esteban se levantó de su silla y se acercó a Francisco, quien todavía sostenía el pañuelo de hielo contra su mejilla adolorida.

–Oye, Fran, ¿estás seguro de que estás bien?–, preguntó Esteban con preocupación en su voz. –Tu mejilla está bastante hinchada, parece doloroso–.

Francisco asintió, aunque no estaba del todo convencido de su propia respuesta. –Sí, solo es un golpe tonto o al menos eso dijo la enfermera. No te preocupes, Esteban–.

Pero Esteban no estaba convencido. –Deberíamos poner algo más de hielo en esa hinchazón–, sugirió, mirando a su alrededor en busca de algo que pudiera servir.

–No es necesario, de verdad–, insistió Francisco, pero Esteban ya había vuelto a tomar la bolsa de guisantes congelados en el congelador y la envolvía en el paño limpio nuevamente.

–Vamos, Fran, déjame ayudarte–, dijo Esteban con determinación, tomo su barbilla y levanto la cabeza de Francisco provocando que ambos se vieran a los ojos, colocó el paño en la mejilla de su amigo la cual ya estaba de un color ligeramente verde.

Fran sintió a su corazón pidiendo ayuda y tratando de escapar de su pecho por la cercanía en la que se habían visto envueltos, odiaba la serenidad de Esteban. Su corazón le pedía una y otra vez que rompiera la distancia y lo besara, pero su mente lo mantenía "calmado", sabía que no era correcto. Los ojos de Esteban se mantenían sobre la mejilla del chico mientras los de Francisco vacilaban entre los ojos y los labios de Esteban. Cuando estaba al borde de tirar todo a la mierda y besarlo, Esteban se alejo.

–Esperame un ratito...– Dijo el castaño sacando su teléfono del bolsillo –Es Maca– Contesto rápidamente dejando a Francisco con todo un revoltijo de ideas y sentimientos.

–Dios... Que me pasa– Se dió un golpe mental por la estupidez que estaba por cometer. Su teléfono comenzó a vibrar, eso era sospechoso, prendió el teléfono y vio que era un número desconocido.

X: Hola Fran :)

Al ver el mensaje se sorprendió pero contesto.

Hola? :)

Soy Leo :)

Al fin recordo que horas más antes le había dado su número, sonrió ante lo distraído que era.

Lo siento, ando distraído

Jajaja no te preocupes ;)

Oye de verdad lamento haber lastimado tu carita bella :(

A Francisco le dió un escalofrío al leer lo que Leo le había dicho, no estaba acostumbrado a ese tipo de cosas a no ser de que Esteban se las dijera de broma como había sucedido un rato antes.

Estoy bien, no pasa nada :D

Respondió Francisco rápido y dejo el teléfono de lado, se había puesto nervioso, cosa que no pasaba muy seguido.

Para su suerte Esteban regreso junto a él en unos cinco minutos, su teléfono había vibrador tres veces más pero Francisco no quería ver el teléfono.

–Perdon, ya sabes cómo es Maca...– Se disculpo Esteban, se veía un poco preocupado.

–¿Estas bien?– Pregunto Francisco.

–Si si, todo bien... Discutí con Maca, nada más– Dijo Esteban tratando de restarle importancia.

Oh... Lo siento, ¿Necesitas algo?– Pregunto Fran poniéndose de pie. Esteban no contesto nada y se limito a abrazar a Francisco, cosa que lo tomo por sorpresa, pasaron unos segundo y envolvió al chico con sus brazos.

–Quiere terminar conmigo Fran...– Dijo Esteban bajito.

Fran sabía que ponerse feliz por eso estaba mal, su amigo se veía claramente afectado por ello, pero, a Francisco nunca le habia agrado Maca, aun que por otro lado, no queria que Esteban sufriera por culpa de ella.

ʸᵒᵘ ᵇᵉˡᵒⁿᵍ ʷⁱᵗʰ ᵐᵉ| 𝐹𝑟𝑎𝑛𝑐𝑖𝑠𝑐𝑜 𝑥 𝐸𝑠𝑡𝑒𝑏𝑎𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora