Yoongi no dormía bien y eso lo alteraba brindándole un pésimo humor. Desde su mudanza los sollozos del castaño eran audibles por la soledad del bosque
El pelimenta conoce perfectamente a su querido amigo y por esta razón siente una inmensa pena por el pobre de Taehyung, él ya lo conocía, había hablado con su mejor amigo; Jimin y este le contaba maravillas de su amigo perdido. Sentía que ya entendía un poco de la vida de él chico, eso lo llena de remordimiento.
Como cualquier persona normal, aunque el no fuera "normal", llegó un momento en el que se cansó de escuchar al chico siendo cruelmente abusado de su integridad.
Yoongi estaba dentro de su cabaña asignada, los colores mate daban un aspecto escalofriante sumado con los gritos y alaridos de dolor. Está sentado en su escritorio, moviendo ansioso su pierna izquierda de arriba hacia abajo; su barbilla reposaba en su palma y esta a su vez en la mesa. Mordía sus uñas, hoy era la quinta vez en la semana que lo despertaban así y apenas era martes.
Empezaba a odiar los martes.
Pasó una hora entera rebosando de ansias, hasta que todo se calló, respiro profundo y soltó un largo suspiro. Palpó en su bolsillo del pantalón agarrando un cigarro, lo prendió con un encendedor de su escritorio. Contaba con varios de estos, el fuego era su sello de sicario, era relajante el calor que emana este, tan cálido, pero a la vez tan peligroso. Fumó relajando su cuerpo y así poder dormir a gusto.
Ya cansado, se aventó a su cama, enredado las cobijas en todo su cuerpo, justo cuando caía en los brazos de Morfeo, un alma tocó su puerta.
– ¡Maldición!
Se levantó con furia y apresuró su paso hasta llegar a la puerta de su cabaña. Esta contenía una cámara que dejaba ver quién jodía su humilde sueño y no era nadie más que su sádico amigo. Con enojo, abrió la puerta de forma lenta, solo sacando su cabeza y media parte de su pecho.
–¿Qué requieres Kook?
–Necesito un favor Gigi– jaló la puerta para abrirla por completo y se adentró a la casa sin pedir permiso. –Cuida a mi perrito por dos días.
El mencionado se dislocó por la oración recién dicha, el azabache le pedía una tarea muy complicada en donde podía morir si cometía algún error.
–¿Para qué quieres que lo cuide? Para eso estas tú– Replicó.
–Tengo que salir para proseguir con la mafia, ya está todo listo para la otra fase, Si hyuk ya avanzó.
–¿Por cuánto tiempo será? – Preguntó preocupado.
–Dos días Gi.
–¡No me jodas! – Era mucho tiempo, probablemente un día era conveniente, pero dos, joder, si osaba hacer algo inadecuado Jungkook lo degollaría.
–Gracias por aceptar– Hizo un amago de irse, Yoongi lo detuvo con sus palabras.
–N-no espera ¿Y si cometo un error? – No dejo que el azabache abriera la puerta.
–No lo harás, confío en ti Yoongi– Posó su mano en el antebrazo del pelimenta. – Lamentaría perder a un gran amigo. Sin pronunciar más, salió.
–Estoy malditamente jodido– Se jaló su cabello. –¡Mierda!
Esa noche tampoco logró dormir nada en absoluto, creaba miles de escenarios donde su trabajo se salía de control y el azabache lo decapitaba, mutilaba, quemaba, torturaba y de más cosas que presenció a lado del chico.
–Voy a morir.
La luz de su teléfono alumbró todo el cuarto, el nombre de Jimin se veía. Yoongi contestó aclarando su garganta.
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El Efimero Sempiterno
FanfictionLa perfección no existe. Taehyung es calificado como el chico perfecto, siempre se esfuerza por ser el mejor, es el ejemplo de hijo al que todos quieren. Siempre trata de cumplir los estándares que sus padres le imponen, los cuales tienen una relaci...