IX 피로 Cansancio del mundo

183 17 1
                                    

Daegu 대구

La música resonaba por todo el salón, era dolorosa y desesperada; Jimin se movía al compás de la melodía con unos pasos firmes a parte su cuerpo se movía con una estética increíble. Dejaba que el sentimiento se sumiera por completo en su mente, borrando todos los acontecimientos pasados.

La música cambió a una furiosa; Jimin recordó lo pasado hace unas horas, sus pasos se convirtieron en agresividad pura, brincaba, golpeaba y se tiraba. Sus manos temblaban cuando realizaba algún movimiento, ya no sabía cuánto tiempo estuvo bailando solo sentía sus piernas trastabillar, era probable que cayera en cualquier momento.

En el justo momento que la canción lanzó su última nota, Jimin estalló soltándose a llorar en el frío suelo; sintió el ambiente congelado, su cuerpo soltaba espasmos por las lágrimas descendientes de su cara, la impotencia llenaba todo su ser.

Su pobre Tae pagaba todas las atrocidades cometidas por sus padres. El rubio había conversado con ellos acerca de la investigación de su secuestro y lo único que mencionaron era que no debía preocuparse por él, ellos lo resolverían todo. Era muy probable que secuestraran al castaño por los sucios trabajos de su padre.

Como odiaba a Jongin.

Al terminar de llorar acomodó sus ropas y lavó su cara con lágrimas secas. Salió de su estudio de baile. Este fue un regalo de cumpleaños que le dio el castaño a sus dieciocho, solo él conocía su devoto amor por el baile, era su salida del mundo para sentirse real y vivo, sin la necesidad de sobre pensar su vida de mierda.

Se coloco su capucha gris la cual tapaba la mitad de su hinchada cara, no sabía qué hacer, desde el secuestro de su mejor amigo, la vida del rubio se detuvo por completo. Caminaba lento volviendo a los sucesos de todo el mes, la última vez que vio a su amigo fue en una pijamada organizada por Taehyung, lo vio actuar raro, pero no le dio importancia.

Después, Hoseok fue la última persona en verlo ya que habían salido al cine ese viernes y cuando iba de regreso a su casa, de forma mágica todas las cámaras cerca de su ubicación se habían desconectado, desapareciendo así.

A lo lejos divisó a una extravagante cabellera de color menta, era el muchacho que lo salvó del robo. Resulta que cuando Yoongi llegó a su ciudad natal, dio un gran paseo por esta. Cuando se quiso subir a un metro, vio como querían robarle a alguien. Iba a ignorarlo, pero se detuvo al ver la linda cara que lo había cautivado en su investigación con el estudiante. No tardó mucho en deshacerse del idiota que trato de robarle a su chico y Jimin está muy agradecido con él.

El rubio se acercó sigiloso hacia el peli-menta distraído tomándolo por el hombro. En un cerrar y abrir de ojos el peli-menta le realizó una llave dejándolo inmóvil. En cuanto Yoongi se dio cuenta de quien se trataba, lo soltó apenado.

–Disculpa son mis reflejos– Rascó su nuca esbozando una sonrisa tímida.

–Lo siento no quise asustarte, es solo que te ví y quería agradecerte por haberme salvado de esa horrible persona– Hizo un ademán con las manos mostrando sus ojos rojos.

–Oh ya te dije que no tenías nada que agradecer, no podía ver a un chico tan lindo sufrir de esa forma– Si era un gran actor, si no hubiera sido su rubio el que estaba en peligro, no le daba importancia.

– ¿Puedo invitarte un café como agradecimiento? – Cuestionó de una manera linda para los ojos del peli-menta.

–Claro que si Jimin– Aceptó muy agradecido. Se había presentado después del altercado, aunque Yoongi ya sabía muchas cosas de él desde antes.

Fueron a una cafetería cerca, Jimin necesitaba relajarse con algo diferente porque con el baile se deshacía hasta desplomarse, se adentraron a un pequeño establecimiento con colores cálidos. Tomaron asiento cerca de un ventanal, la gente era nula así que se sentían más cómodos.

El Efimero SempiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora