XV 순종 Obediencia

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El sabor metálico reposaba por completo en sus papilas gustativas. Era una completa falacia que no tenía sentido, tener el sabor de lo que antes fue una vida era tan bueno que lo dejó en un gran problema con el mismo.

Habían pasado tan solo unas cuantas horas desde el acontecimiento de la muerte de la mujer embarazada. Su moral estaba tan dañada que ni siquiera podía discernir de lo que era bueno y lo que era malo para él. Este suceso le revolcó su vida entera, se sentía tan mal consigo.

Todo era dolor, no podía si quiera pensar en el jodido pecado que cometió, ese ser humano que almorzó con tanta normalidad. Porque sí, aunque había llorado a mares frente al azabache, había disfrutado aquel sabor de sangre, que lo dejó tan satisfecho como el loco de su amigo V.

Por más que quisiera esconder esa rareza suya, no podía. Desde siempre sintió que algo con él está mal, en el pasado tenía sentimientos que le causaron miedos, pensamientos que lo asustaban de su propia cabeza. Después llegó V, su amigo era tan jodidamente loco.

La voz en su cabeza, no era tan solo una voz, esta también tenía una fuerza diferente que le provocaba hacer las cosas que V decía, sentía y anhelaba. Un claro ejemplo fue el amar el sabor de un maldito feto recién sacado de una mujer sin vida. Era una asquerosidad, pero cuando V mencionó lo rico que estaba, su mismo paladar disfruto el sabor a muerte que adquirió.

En ese instante se encuentra en la habitación en donde sucedió la muerte de los dos seres. La sangre está por doquier, y Taehyung despertaba de su desmayo, lo último que recordó era caer sobre el cuerpo inerte de la mujer. Tanta fue la impresión de lo ocurrido que no se soporto a él mismo y se desvaneció en la escena del crimen.

Ahora despierta con un fuerte dolor de cabeza y se siente anonado. El cuarto se hallaba en total oscuridad, los olores hediondos que aspiraba le recuerda lo sufrido anteriormente. No desea ver al pelinegro, ahora se siente con un gran miedo. Ya se había acostumbrado un poco del maltrato que le brindaba el azabache y esto fue un cambio muy traumático para él.

Sus manos como siempre encerradas en dos aros de metal adheridos a la pared. Su cabello sucio, lleno de sangre seca al igual que su cara y cuerpo. Sintió ganas de llorar por lo usado que se sintió, su cuello ardía como la mierda y sentía sus ojos completamente hinchados.

《 Fue la mejor experiencia que he tenido en años 》

–Cállate V, no tengo fuerzas para pelear contigo– Refunfuñó furioso.

《 No empieces de idiota, sabes que yo escucho lo que piensas, así que no me vas a negar que te gustó lo que Kookie te hizo 》

–Ya te dije que no te voy a soportar V.

《 Eres una hipócrita, te gustó, te gusta y te gustará todo lo que mi Kookie te hace, tu mente esta tan dañada como la mía 》

–Claro que no, tú y yo somos muy diferentes. Ahora ya cállate.

《 Di lo que quieras, pero en el fondo sabes que tú y yo somos iguales, mi mente es la tuya 》

–¡Guarda silencio V! Deja de ser un estúpido.

《 Amas a Jungkook tanto como yo, deja de ser un cobarde y acepta tu locura 》

– ¡QUÉ TE CALLES YA! –Gritó con tanta furia. Tanto fue su enojo que no se dio cuenta que el azabache había entrado escuchando lo último que gritó.

–Espero que ese grito no haya sido dirigido hacia mí, pequeño perrito– El hombre que ahora veía el castaño era muy diferente al que divisó hacia unas horas.

Su vestimenta por completo limpia, sin una arruga, su cabello bien peinado y su cara limpia de cualquier fluido explotado en la habitación. No se parecía en nada al loco que lo hizo tragar a un ser vivo, su cara emana serenidad y normalidad.

El Efimero SempiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora