TN huyendo de un pasado doloroso, llegó a Corea para ser una gran cirujana de la mano del mejor, Kim Seokjin, respetado cirujano y el gran amor de su vida. Pero el destino le tiene preparada una sorpresa, otro amor, Jeon Jungkook. Dos hombres con lo...
Finalmente nuestras miradas conectaron. Había tristeza, celos, enojo y hasta amor. Mucho amor y mucho dolor. Como si hubiese presenciado lo que hicimos con Jungkook. La manera tan dura y desvergonzada de entregarme a él. Me dio miedo que él fuera a terminarme. Que no fuera tan fuerte como para ser mi dueño mientras otro también lo era. Tengo miedo. ¿Qué va a pasar ahora?.
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"No me mires así, mi amor. Por favor".
-Es mi novio. Jeon Jungkook.
-Un placer, joven. Así que su novio ¿eh?
-El placer es mío, doctor Min -le correspondió Jungkook inclinando la cabeza- TN me ha hablado mucho de usted.
-Me halaga. Por favor, cuídela mucho. Es una gran mujer y una excelente profesional. Nos alegra que esté aquí con nosotros.
-La voy a cuidar, Señor. Sé la gran mujer que es.
-Waw, se los ve realmente enamorados. ¿No lo cree usted también, doctor Kim?
Los cuatro nos quedamos en silencio por unos cinco segundos, creo, cinco interminables e incómodos segundos, hasta que Jin pudo hablar. Estaba tenso. Lo miré con cautela. Temí que fuera a explotar de celos.
-Sí, doctor Min. Se los ve muy enamorados... a los dos -dijo totalmente abrumado por verme ahí con Jungkook. Le extendió su mano para saludarlo.
-Kim Seokjin, un gusto conocerte al fin. TN no deja de hablar de ti.
Jungkook le devolvió el saludo analizándolo del mismo modo que lo hacía él. Me fijé que ninguno dejaba de ver al otro a los ojos. Literalmente se estaban matando con la mirada.b
-El gusto es mío, Seokjin. TN también me ha hablado de ti. Tengo entendido que hacen un buen equipo de trabajo. Mi mujer te admira mucho.
¿Enfatizó mi mujer?¿Eso fue para provocar? Me quedé congelada viendo ese apretón de manos que me parece y estaba durando más de lo normal. Carraspeé y se soltaron.
-Bien. Yo ya me voy. TN, no me acompañes, tranquila. Te veo en casa.
Me despidió con un beso en la mejilla mientras una de sus manos iba a mi otra mejilla para profundizar el acto. Vi a Jin y miró a otro lado pero no sé si para no encontrarse con mis ojos o por el beso.
-Sí, claro. Nos vemos. Cuídate.
-Tú también. Te amo, preciosa.
-Yo también, bebé.
No le dije así a propósito simplemente me salió natural. Así lo llamo siempre. Tomé su mano y él me sonrió tan dulce que no quise que se fuera. Pero debía volver a su trabajo. Cuando se fue, el director también dijo adiós dejándome sola con un Jin furioso. Ahora no se esforzaba en disimular. No estaba ante mí el mismo hombre con el que hice el amor horas antes.
