No sólo te pertenezco a ti (Jungkook+ Tn + Jin+Yoongi)

🌹Dos🌹

TN

Pasamos tres horas fantásticas con Jin en su casa. Fue como si nuestro pasado sin tenernos nunca hubiese existido. Como si desde que nos conocimos hubiésemos estado juntos como pareja. Era una sensación extraña, nueva, totalmente desconocida. Todo este tiempo desde que llegué a Corea estuve destinada a enamorarme de este hombre. A sentirlo entre mis brazos. No lo quise evitar, me dejé llevar por mis sentimientos y él también. Nos conocíamos íntimamente a cada minuto que nos besábamos, que nos tocábamos. Le permití amarme como quiso. Sus manos no se cansaban de adorarme. Y sus labios, por Dios, esos labios carnosos que por meses estuvieron tan cerca y sin poder sentirlos ahora no se despegaban de los míos. Con su pene aún dentro mío descansando después de vaciarse, le daba besos en su pecho y cuello. Mi intimidad seguía latiendo deliciosa envolviéndolo con nuestros fluidos de por medio.

-TN, te has dado cuenta que no nos hemos cuidado -dijo Jin tras recuperar el aliento.

-Sí, pero no te preocupes tomo anticonceptivos y nunca he tenido ningún susto. Tú tranquilo. Además me puse la inyección hace poco.

-Entonces no hay riesgos.

-No, ninguno -le aseguré regresando a mi ritual de besos en su pecho- Igualmente prefiero hacerlo así. Se siente mejor. No tolero el látex.

-A mí tampoco me gusta. Estás tan caliente y me vuelve loco como me dejas mojado.

Su voz profunda y esos pensamientos sucios me excitaban tanto. Quería hacerlo mío muchas veces más.

-Qué rico, amor. Me encanta que pensemos igual.

-Nunca se va apagar este fuego, TN... Te lo juro... Voy a vivir por ti ... y voy a morir por ti -me dijo con los ojos cerrados deleitándose con las caricias y besos que no podía dejar de darle.

Habíamos gozado tanto que por momentos me sentía en una fantasía más de mi cabeza. Una de esas en las me sumergía cuando ya no podía ni siquiera respirar por el dolor de no tenerlo conmigo. Sabía que estaba en los brazos de otra. Que besaba otros labios y que otras piernas lo envolvían mientras gritaban de placer. Pero ahora yo lo hacía mío y él me hacía suya. Eran nuestros cuerpos perteneciéndose con desenfreno como siempre debió haber sido.

-Jin, amor, quiero tomar agua -le pedí sedienta levantándome de su pene que cayó agotado sobre su vientre. Aún me sorprendía su tamaño y grosor. No es que haya visto muchos en mi vida pero si tuviera que darle una calificación le daría un diez sin dudas.

-Me encanta cuando me dices amor -se vino sobre mí sorprendiéndome con una maravillosa sonrisa- Dímelo de nuevo. Es lo que siempre quise escuchar de ti.

-Te lo digo de nuevo si me traes un vaso de agua.

Salió rápido de la habitación sin importarle que estaba desnudo. Por todo lo bueno y puro del mundo, ese trasero debería ser ilegal. Cometería muchos delitos con tal de tenerlo entre mis manos. Y más de una en el hospital acabaría gustosa en prisión. Yo entre ellas aunque esa posibilidad ya estaba descartada para mí porque ese trasero y todo el resto del cuerpo de Kim Seokjin me pertenecía hasta el final de mis días. Regresó minutos después con una jarra de agua en una mano y en la otra una bandeja con galletas, dos vasos y una variedad de frutas cortadas en trozos. Nos pusimos un par de camisetas suyas y nos sentamos en la cama a comer uno junto al otro con nuestras piernas enredadas.

-Dímelo, mi vida -me pidió en un susurro en mi oído. Lo miré a los ojos y volví a ver lujuria en ellos. Era un amante incansable.

-Mi amor, mi amor. Te amo Kim Seokjin.

Me devoró la boca con un beso apasionado y diría que hasta sediento. Como si fuese la última noche de nuestras vidas y quisiéramos ser sorprendidos así por la muerte. Con nuestros labios hinchados, rojizos y nuestras lenguas debatiéndose por cuál era más atrevida dentro de la boca del otro. Fue un maldito empate. Dejamos la bandeja en la mesita de noche y nos quitamos las camisetas para volver a hacer el amor. Como dijo Jin, nunca se va a apagar este fuego. Ni él ni yo lo íbamos a permitir. Se puso arriba mío y metió su pene en mi vagina que aunque estaba irritada de tanta penetración lo recibió absolutamente lista.