Blog de Hogwarts (tercera generacion Harry Potter)

#29: El ataque a los Auror

— ¿Te volviste loca, Malia? —Exclamó Thalia, sin quitarle su mirada esmeralda de encima y su hermana menor solo le devolvió una de angustia, pero sobre todo cansada.

—No aguanto más, Thalia. De todos modos, ellos ya lo sabían, al menos estaban cerca, me tenían agarrada del cuello —le explicó.

Las dos estaban en el despacho de la jefa de Slytherin, Malia había alterado con una hechizo el color de su cabello en rubio, entró con lentes de sol al castillo y solo acorraló a su hermana mayor saliendo del despacho. Una mañana de domingo bastante casual.

—Ted Lupin y Philip en menos de dos semanas ya tenían bastante información, Brooke Carassi sabe que Adaline Watson no existe y era cuestión de días —continuó y Thalia se mordió el labio—. Yo sé que le juraste a Clarisse hace casi nueve años, pero por amor a Helga Hufflepuff no se puede más. ¿Cuánta gente quieres que muera?

—Malia, si yo hablo me puedo morir. ¿Estás consciente de eso? —Le espetó y su hermana frunció sus labios—. ¿Quieres que me muera?

— ¡POR SUPUESTO QUE NO THALIA! —Le gritó y la otra alzó las cejas, sorprendida de ver la que usualmente no se enojaba nunca, echa una furia—. Después de Marte, eres lo único que me queda, pero al mismo tiempo esas familias que por nuestra culpa están muriendo no merecen esto. Por este chiste Harry Potter se está quedando sin Aurores, somos su último recurso.

Malia se desplomó en el sofá y se cubrió la cara para solo echarse a llorar. Su hermana mayor se la quedó observando, mientras mordía su labio y meditaba la situación. Malia solo fue a confesarle que ya había soltado todo a Philip, incluso le reveló la ubicación de la casa que ambas habían estado vigilando y sabían que esa gente de nuevo la tomó como cuartel, en esa mansión Yaxley estaban varias respuestas. Se tomó de nuevo el pecho al sentir ese dolor, sin embargo, ya no era tan agudo como antes y se sentó al lado de su hermana.

—Dile a Potter que hablaré con él —le dijo y Malia se sorbió la nariz—, pero justo antes de Pascua. En este momento necesito organizar todo del colegio por si... por si me muero al romper el Juramento Inquebrantable.

Malia alzó la mirada y la vio con tristeza, era claro que no quería que su única hermana y familia falleciera, pero la menor de las Mayer ya había entendido todo. Debía estar lista en dejar ir a lo que más amaba, si es que podían evitar que más gente muriera y el hecho de llegar a ese acuerdo consigo misma, no se lo deseaba a nadie.

—Yo creo que ya estamos en "hasta que no quede de otra", de Clarisse, Nix —le dijo Malia y Thalia sonrió de lado, con pesadumbre y le tomó la mano, la cual Malia apretó fuertemente—. No te vas a morir.

—Nunca se sabe con la magia antigua, Auri —susurró y suspiró—. Debes irte antes que los chicos comiencen a andar por el castillo, ella te puede ver.

—Si es que no sospecha ya —murmuró—. Ella es inteligente.

—Lo es —le afirmó Thalia.

Las dos hermanas salieron, con Malia colocándose sus lentes de sol y la capucha de su capa de viaje encima. Al llegar al Vestíbulo que, en efecto, se estaba repletando de estudiantes para desayunar, se despidieron y Thalia la contempló mientras salía de los terrenos de Hogwarts. Había un vacío en el pecho, mezclándose con angustia y ganas de regresar en el tiempo. Deseaba tener una vida normal, que su única preocupación sea calificar tareas, lecciones o exámenes a tiempo, que los estudiantes en su casa no hagan desastre. O tal vez si nada hubiese pasado, ella seguiría siendo Auror.

Caminó hacia la escalera, para tomar la dirección que llevaba hacia la torre de Ravenclaw. En su paso, fue confiscando un artículo de Sortilegios Weasley a un par de estudiantes, aún mosqueada por el suceso del día anterior. Iba a restar puntos, pero para su placer gracias a Potter y Weasley, no quedaban más. Bueno, no quedaban tantos. Iba jugando con aquella pelota de goma, que cambia de color conforme golpeaba o rebotaba contra algo, hasta llegar al despacho del profesor de Pociones.