Capítulo 15

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(Aconsejo que pongan Flashlight de Jessie J en repetición)

Que todos te hagan creer que les gustas no significa que realmente les gustes, amigo. Una parte de eso a lo que llamas inteligencia es saber leer entre líneas y averiguar quién es quien dice ser.

-¿Eso quiere decir que todos mienten?

-Eso quiere decir que debes buscar tú sólo las respuestas que necesitas para aclarar tus dudas, yo de pequeño era exactamente como tú y poco a poco he ido mejorando mis capacidades.

Muchas veces, si queremos encontrar la verdad debemos buscar en el pasado. Es posible que cuando lo hagamos no encontremos nada... ¿Por qué? Porque el hecho de buscar condiciona lo que vamos a encontrar. Entonces sólo nos queda una opción, esperar a que el pasado vuelva a nosotros.

Quizá una simple conversación, un simple viejo regalo, un lugar significativo o incluso una persona nos traigan al presente la verdad rescatada del pasado. En el caso de Caleb, una conversación escuchada hace ya un largo tiempo por un niño que ahora vivía en el pueblo le hizo darse cuenta de algo. De la importancia de los detalles en todos y cada uno de los momentos del día.

Un detalle tremendamente importante si querían encontrar al asesino. En la plaza del pueblo estaban todos los vecinos, todos y cada uno de ellos menos alguien. Ahora todo encajaba perfectamente, pero debía ser discreto. No podía gritarlo ante todo el pueblo para que la información llegara a sus oídos antes de tiempo.

-Quiero que lleven a todas las patrullas en busca de este hombre, encontradlo-. Dijo antes de darle un pequeño trozo de papel con el nombre de la persona.

Todos los vecinos miraban a los policías en busca de respuestas pero todos subieron a los coches y se dispusieron a ir a un mismo lugar. Caleb volvió a comisaría y preparó la sala de interrogatorios, preparó un comunicado para el pueblo, no quería ver a nadie en las calles hasta encontrarlo.

Al cabo de un largo rato todos los coches patrulla estaban aparcando en la entrada, el sospechoso bajó del último coche y caminó vacilante hasta la entrada. Caleb le miraba con rostro serio pero él sonreía, le habían encontrado. Él era el asesino.

-Hey amigo, cuánto tiempo-. Dijo al pasar por su lado.

Caleb no respondió, no estaba de humor para escuchar tonterías. Lo llevaron a la sala de interrogatorios y le esposaron a la barra de metal que sobresalía en la mesa.

-Es hora de que confieses, será mucho más fácil para ambos.

- ¿Asesinato o qué cosa?

-¡No estamos de broma, estás en un lío de los grandes! -Dijo dando un fuerte golpe sobre la mesa.

-He sido yo, y no me arrepiento-. Dijo mientras su rostro daba un cambip radical, la sonrisa había desaparecido de su cara.

-¿Por qué Nirvana?

-¿Nirvana? -Cuestionó confuso.

-¡No te hagas el idiota!

-Yo no he matado a Nirvana.

-He matado a la chica de la playa, cada vez que me la encontraba.

-¿Qué chica de la playa?

-¡La jodida chica de la playa que desaparece!

(...)

Tras varios estudios psicológicos se determinó un grave trastorno a Raúl, la chica de la playa era una simple ilusión creada por su cerebro. Cuando cometía los asesinatos creía que mataba a aquella chica aunque no fuera así. Fue condenado a varios años de prisión por los asesinatos cometidos. Todos comprendieron el por qué no había matado a aquel niño, le recordaba a Patricia y no quería ver sufrir a su propia hermana.

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