La pelea

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Después del impacto del golpe de Wario, Mario sintió cómo su cuerpo se tambaleaba bajo el impacto, pero su determinación se mantuvo inquebrantable. La rabia ardía en su interior, pero también la determinación de no dejarse vencer tan fácilmente.

"Si quieres pelea, eso es lo que vas a tener", respondió Mario con voz firme, su tono desafiante resonando en el aire y alimentando su espíritu combativo.

La sonrisa maliciosa de Wario se ensanchó aún más, excitado por el desafío que se le presentaba. Sin perder un segundo, se lanzó hacia adelante con renovado ímpetu, lanzando una serie de golpes poderosos hacia Mario, cada uno cargado con la ferocidad y la fuerza que lo caracterizaban.

Mario respondió con movimientos ágiles y precisos, esquivando y bloqueando los golpes de su oponente con habilidad, mientras buscaba una oportunidad para contraatacar. Cada movimiento era calculado, cada defensa era un intento de encontrar una brecha en la defensa de Wario.

La pelea se convirtió en un torbellino de movimiento, con los dos chicos intercambiando golpes cada vez más rápidos y poderosos. El sonido de sus puños chocando llenaba el aire, mezclado con sus gruñidos de esfuerzo y determinación, creando una sinfonía caótica de combate.

A pesar de los valientes esfuerzos de Mario, Wario demostraba ser un oponente formidable. Su fuerza bruta y su ferocidad lo convertían en un rival difícil de superar, y Mario lo sabía muy bien. Cada golpe recibido era un recordatorio constante de la fuerza y ​​la tenacidad de su adversario.

Después de un momento de pausa entre golpe y golpe, Mario aprovechó para recuperar algo de aliento, mirando fijamente a Wario a través del sudor que le empapaba el rostro.

"¡Ja! ¿Eso es todo lo que tienes, niñato?", dijo Wario con una risa burlona, mientras tiraba a Mario al suelo con un fuerte empujón. "Es patético pensar que eres el capitán del equipo de fútbol. Te daré una lección por meterte con mi hermano. ¡Nadie se burla de Wario y sale impune!"

Mario, aún en el suelo, levantó la mirada hacia su adversario con determinación ardiente en sus ojos. A pesar del dolor que recorría su cuerpo, su espíritu seguía siendo inquebrantable.

"Ya lo veremos, estúpido", respondió Mario con voz entrecortada, su tono lleno de desafío y determinación. "No me subestimes . Te mostraré que el verdadero valor no se mide por la fuerza bruta, sino por el corazón y la determinación".

Wario soltó una carcajada estruendosa, su confianza en sí mismo parecía inquebrantable. Tenía muy claro que Mario no tenía ninguna oportunidad contra él, pero el chico Segaly no tenía la intención de rendirse.

Con una mirada desafiante, Mario se puso de pie lentamente, su cuerpo temblando por el esfuerzo pero su determinación más fuerte que nunca. La batalla aún no había terminado, y Mario estaba listo para demostrar que no es tan débil como Wario pensaba.

La pelea continuó con una intensidad renovada, cada movimiento de Wario era respondido con valentía por parte de Mario. A pesar de estar en clara desventaja en términos de fuerza física, Mario compensaba con agilidad y astucia, buscando brechas en la defensa de su oponente.

Los dos se lanzaron uno contra el otro una y otra vez, intercambiando golpes y bloqueos en una danza caótica de combate. El sudor y el polvo salpicaban el aire mientras se movían, cada uno determinado a salir victorioso de este enfrentamiento.

Wario, con su arrogancia característica, seguía subestimando a Mario, confiando en su propia fuerza para llevarlo a la victoria. Sin embargo, Mario no se dejaba intimidar por los desplantes de su oponente. Con cada golpe recibido, su determinación solo se fortalecía, alimentando su fuego interior y su deseo de triunfar.

Una secundaria diferente (Super Mario bros)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora