Ruby se encontraba sumida en un mar de pensamientos mientras las sombras de la noche se cerraban alrededor del castillo. Los eventos del día habían dejado una marca en su espíritu, usualmente indomable y vivaz. A pesar de los esfuerzos por mantenerse optimista, la confrontación con Malfoy resonaba en su mente como un eco molesto y persistente.
Era una noche inusualmente fría de noviembre, y el viento soplaba con fuerza contra las ventanas del aula de Encantamientos, donde Ruby había decidido quedarse tarde para practicar algunos hechizos avanzados. La sala estaba bañada en el tenue resplandor de las velas flotantes, creando sombras danzantes en las paredes de piedra.
—Deberías intentarlo con más fuerza, Ruby. No puedes dejar que tu concentración flaqueé ahora —se escuchó una voz firme pero amable.
Era el profesor Flitwick, pequeño y anciano, pero con una mente tan ágil como cualquiera. Había notado la presencia de Ruby y decidió ofrecer su ayuda.
—Lo intento, profesor, pero hay algo que no me deja concentrar —admitió Ruby, mientras sujetaba su varita con menos seguridad de la habitual.
—Los problemas personales pueden ser grandes distracciones. Pero recuerda, dominar la magia requiere que uno se eleve por encima de sus tribulaciones personales —aconsejó Flitwick con una sonrisa comprensiva.
Ruby asintió y respiró hondo, cerrando los ojos para visualizar el hechizo. Con un movimiento decidido, agitó su varita y pronunció el encantamiento. Una luz brillante emanó de la punta, iluminando toda la sala con un resplandor azul. Al abrir los ojos, vio que había conseguido, por primera vez, conjurar con éxito el complicado hechizo de Iluminación Avanzada.
—¡Muy bien hecho, Ruby! —exclamó Flitwick, aplaudiendo con entusiasmo—. Ahora, ¿por qué no te unes a los demás en el Gran Comedor? Un poco de compañía te hará bien.
Ruby sonrió, agradecida por su amabilidad y consejo, y se dirigió al Gran Comedor.
Al entrar, el bullicio y la risa llenaban el aire cálido. Se acercó a la mesa de Gryffindor, donde sus amigos la saludaron con sonrisas y le hicieron un espacio entre ellos. Sin embargo, su paz fue interrumpida por la llegada de Malfoy y su séquito, que se sentaron con aire de suficiencia en la mesa de Slytherin.
—Parece que la sangre sucia ha logrado un truco nuevo hoy. ¿Qué será lo próximo, Ruby? ¿Limpiar el piso con tu varita? —burló Malfoy en voz alta, provocando risas entre sus amigos.
Ruby sintió cómo la ira crecía dentro de ella, pero recordó las palabras de Flitwick. Respiró hondo, eligiendo no responder y dándole la espalda a Malfoy. Sus amigos, viendo su decisión, cambiaron el tema para animarla, hablando sobre el próximo partido de Quidditch contra Ravenclaw.
A medida que la cena avanzaba, Ruby se sumergió en la estrategia del juego, discutiendo movimientos y tácticas. El entusiasmo de sus compañeros y su propio amor por el juego la llenaron de una nueva energía.
—Creo que con una buena formación y algo de práctica extra, tenemos una verdadera oportunidad de ganar este año —afirmó con una sonrisa.
—¡Eso es el espíritu, Ruby! —respondió uno de sus amigos, chocando su copa con la de ella.
El resto de la noche transcurrió sin incidentes, y al regresar a su dormitorio, Ruby se sintió renovada y con la mente clara. Aunque sabía que enfrentaría más desafíos, estaba decidida a no dejar que Malfoy o sus propias inseguridades la derrotaran.
Antes de apagar la luz, se asomó por la ventana a las estrellas, recordando las palabras del profesor Flitwick.
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MOON ✔
FanfictionRuby brillaba como la luna, aunque Draco no quisiera admitirlo. . A Ruby Rosewood nunca le cayó bien Draco Malfoy, siempre lo vió como un desgraciado hijo de personas corruptas y horribles, pero una misión inesperada los hará trabajar juntos y forj...