El Gran Comedor bullía con la animación característica de la hora del almuerzo en Hogwarts. Draco Malfoy estaba sentado en su lugar habitual en la mesa de Slytherin, pero su mente estaba en otra parte. Blaise Zabini y Theodore Nott, sus amigos más cercanos, intercambiaban miradas significativas mientras observaban a su compañero de casa perdido en sus pensamientos.
—¿Qué creen que le pasa a Malfoy últimamente? —susurró Blaise a Theodore, inclinándose hacia él para no ser escuchado por los demás estudiantes.
Theodore frunció el ceño, también preocupado por el extraño comportamiento de su amigo en los últimos días. —No lo sé, pero algo definitivamente lo tiene distraído. No puedo recordar la última vez que lo vi tan... fuera de lugar.
—Creo que tenemos una idea de qué podría ser —insinuó Blaise en voz baja, mirando de reojo hacia la mesa de Gryffindor, donde Ruby estaba sentada con Susan Bones y algunos otros amigos.
Theodore siguió la mirada de Blaise y entendió al instante lo que quería decir. Ruby Rosewood, la compañera de clase que había acompañado a Malfoy en la misteriosa expedición a la caverna hacía algunas semanas, había sido objeto de la atención inusual de Malfoy últimamente. Aunque nunca antes había mostrado algún interés romántico en alguien fuera de su círculo social, parecía que la presencia de Ruby había alterado su mundo de alguna manera.
—¿Crees que podría ser... enamoramiento? —susurró Theodore, apenas audible por encima del murmullo del comedor.
Blaise asintió lentamente. —Es una posibilidad. Quizás Drake finalmente haya encontrado a alguien que lo desafíe de verdad, alguien que no se deje intimidar por su actitud arrogante y sus modales altaneros. Y bueno, Ruby es bastante impresionante, no podemos negarlo.
Theodore asintió, procesando la idea. Si Malfoy estaba realmente enamorado de Ruby, eso cambiaría drásticamente la dinámica de su relación con él y con el resto de sus compañeros de casa. Pero antes de poder discutir más a fondo sobre el asunto, Draco se levantó de repente de la mesa y se alejó, dirigiéndose hacia los terrenos del castillo.
Mientras tanto, en la mesa de Gryffindor, Ruby también estaba inmersa en sus propios pensamientos. Desde la aventura en la caverna, no podía sacar a Malfoy de su mente. Su comportamiento había cambiado de manera sutil pero perceptible, y ella se encontraba cada vez más intrigada por él. ¿Qué había causado este cambio en él? ¿Y por qué ella se sentía tan atraída por alguien que antes solo le inspiraba desprecio y desconfianza?
—Ruby, ¿estás bien? Te has quedado callada de repente —preguntó Susan, notando la expresión distraída en el rostro de su amiga.
Ruby parpadeó y volvió a la realidad, esbozando una sonrisa forzada. —Sí, estoy bien. Solo pensando en algunas cosas. ¿Quieres dar un paseo después del almuerzo?
Susan asintió, aparentemente satisfecha, con la respuesta de Ruby. Pero mientras comían, Ruby no podía dejar de preguntarse sobre Malfoy y sus propios sentimientos hacia él. ¿Estaba realmente desarrollando una atracción por él, o era simplemente el resultado de haber compartido una experiencia tan intensa juntos en la caverna?
Después del almuerzo, Ruby y Susan se dirigieron hacia los terrenos del castillo, disfrutando del aire fresco y el sol primaveral. Mientras caminaban, Ruby no pudo evitar hablar sobre Malfoy con Susan, buscando su consejo y perspectiva sobre la situación.
—Susan, ¿crees que es posible que alguien cambie tanto en tan poco tiempo? —preguntó Ruby, con la mirada fija en el horizonte.
Susan consideró la pregunta antes de responder. —Creo que sí. Todos somos capaces de cambiar y crecer, especialmente cuando enfrentamos desafíos difíciles juntos. Tal vez Malfoy encontró algo en la caverna que lo hizo reflexionar sobre su actitud y su forma de relacionarse con los demás.
Ruby asintió, reflexionando sobre las palabras de Susan. Quizás Malfoy estaba experimentando una transformación personal, impulsada por la experiencia compartida en la caverna y su creciente interacción con ella. La idea era intrigante y, de alguna manera, reconfortante.
Mientras tanto, Malfoy paseaba por los terrenos del castillo, sumido en sus propios pensamientos tumultuosos. La idea de admitir sus sentimientos por Ruby le resultaba aterradora y desconcertante. Nunca antes había sentido algo así por alguien, y el simple pensamiento de abrirse a ella lo llenaba de ansiedad y miedo al rechazo.
—¿Qué me está pasando? —se preguntaba en voz baja, sin darse cuenta de que sus amigos lo observaban desde la distancia, preocupados por su bienestar.
Blaise y Theodore intercambiaron una mirada de complicidad antes de acercarse a Malfoy, decididos a abordar el tema que habían estado evitando durante tanto tiempo.
—Draco, tenemos que hablar —ordenó Blaise con seriedad, deteniéndose frente a él.
Malfoy levantó la mirada, sorprendido por la seriedad en las expresiones de sus amigos. —¿Qué pasa? —preguntó, su voz ligeramente tensa.
—Es sobre la chica Rosewood —afirmó Theodore, sin rodeos—. Has estado un poco raro estos días, algo extraño. Creemos que... bueno, creemos que es por... ella.
La sorpresa paralizó a Malfoy por un momento mientras procesaba las palabras de sus amigos. ¿A qué se refería?
—No... yo, no he estado diferente, solo que...—murmuró Malfoy, intentando negar la verdad que se abría paso en su mente.
— No tienes que decirnos nada, Drake, pero si alguna vez llegas a enamorarte de esa chica, hazlo bien y sin ataduras.
Malfoy luchó por encontrar las palabras adecuadas para responder. La idea de admitir sus sentimientos por Ruby era abrumadora, pero también liberadora de alguna manera. No sabía lo que sentía y que sus amigos se hayan dado cuenta de que algo pasaba lo abrumaba por completo.
¿Qué estaba sintiendo? ¿Por qué cada vez que la veía se sentía... así?
✦
Mientras tanto, Ruby y Susan continuaban su paseo por los terrenos del castillo, disfrutando de la tranquilidad del entorno y la compañía mutua. Aunque Ruby intentaba mantener su mente alejada de Malfoy, era inevitable que sus pensamientos regresaran a él una y otra vez.
—¿Estás bien, Ruby? Pareces un poco distraída —observó Susan, deteniéndose para mirarla con preocupación.
La pelirroja no pudo hablar, sus palabras se atascaron en su garganta y su mente se desconcentró del presente.
— No tienes que decir nada, sé que no tienes respuestas, no te obligaré a buscarlas.— Susan sabia lo que pasaba, estaba muy extasiada con los sucesos de su amiga y el Slytherin.
Ruby asintió, agradecida por la amistad de Susan. Pero mientras continuaban su paseo, su mente seguía volviendo a Malfoy y los sentimientos confusos que despertaba en ella. Tal vez era hora de enfrentar la verdad sobre lo que realmente sentía por él, incluso si eso significaba abrirse a una vulnerabilidad que nunca había experimentado antes.
✦
La luz del atardecer teñía el cielo con tonos dorados mientras Ruby y Susan regresaban lentamente al castillo. A medida que se acercaban, Ruby sintió un nudo en el estómago, una mezcla de nerviosismo y determinación que la impulsaba hacia adelante.
—Susan, necesitó... contarte algo.— soltó Ruby de repente. Susan la miró con expectación.
— ¿Qué ha pasado? ¡No me des malas noticias!— exclamó la Hufflepuf, apuntándola con el dedo índice.
— Yo... veo a Malfoy de manera diferente. Eso creo. — admitió con pena. Bones sonrió y empezó a dar saltitos de alegría.
Cuando se calmó un poco, respondió. — ¡Estoy tan feliz por ti! Entiendo que a veces pueda llegar a ser difícil, pero, después de todo, el amor es amor y hay que enfrentarlo. Sin importar cuanto digan que no, si tu corazón y tu mente están alineados en él, puedes hacerlo. Estoy segura.
Ruby sonrió, motivada por las palabras de su amiga. —Gracias, Susan. Tú siempre tienes las palabras correctas.
✦
¡Estoy cumpliendo, eh!
2/4
ESTÁS LEYENDO
MOON ✔
FanfictionRuby brillaba como la luna, aunque Draco no quisiera admitirlo. . A Ruby Rosewood nunca le cayó bien Draco Malfoy, siempre lo vió como un desgraciado hijo de personas corruptas y horribles, pero una misión inesperada los hará trabajar juntos y forj...