MOON ✔

stupefy! / 009

— ¿Cómo estás, Drake? Te siento un poco distante. — Surgió Blaise, con una mirada fija en su rubio amigo.

— No. — soltó sin más.

Blaise dejó a Draco solo sentado en el sillón, junto con sus tribulaciones personales a flote. Un mar de pensamientos se habían instalado en él al punto de hacerlo enloquecer por las noches, gritando para sus adentros al tener tantas preguntas y tan pocas respuestas.

¿Por qué Ruby le parecía tan interesante de repente? ¿Por qué su presencia hacía ponerlo tan nervioso?

No lo sabía, y eso lo estaba matando.

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— Dicen los más confirmados rumores que Pansy Parkinson te atacó brutalmente anteayer, ¿Es eso cierto? — interrogó Lucy, con mirada espectadora. — Es para el periódico escolar. — aclaró.

Lucy Cunningham era una estudiante de Ravenclaw brillante, reconocida por ser la fundadora y reportera principal del periódico "Stupefy!". Siempre busca los sucesos más brutales y escalofriantes, pero también se basa mucho en los rumores que escucha de fondo, siendo estos, sorprendentemente, casi siempre ciertos.

— No, Lucy, no es verdad. Lo siento. — respondió Ruby con un tono cálido, sonriendo.

— ¿En serio? Madame Pomfrey me lo ha contado. — aseguró.

— Bueno, sí, en realidad sí. Aunque no tengo idea porque te lo habría de contar, no tiene el mínimo derecho de hacerlo. — replicó segura. — No tienes que molestarte Lucy, es demasiado complicado entender la mente de Parkinson.

— "Demasiado complicado entender la mente de Parkinson" — repitió mientras la pluma escribía por sí sola. — Perfecto, gracias, Rosewood. Siempre aportas mucho al periódico, esto aparecerá en primera página, te lo aseguro. — afirmó estrechando su mano, mientras Colin Creeve tomaba una radiante foto del acontecimiento.

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Ruby se alejó con un suspiro de alivio, sintiendo que había esquivado con éxito otro torpedo de chismes en el complicado océano social de Hogwarts. No obstante, su corazón aún latía con la incertidumbre de sus propios secretos, temiendo que estos pudieran surgir a la superficie en cualquier momento.

Mientras tanto, en un rincón menos iluminado de la biblioteca, Blaise se encontraba inmerso en una partida de ajedrez mágico con Theodore. Los movimientos de las piezas parecían reflejar la tensión que Blaise sentía en su interior, cada peón avanzando cautelosamente, como si temieran revelar demasiado al oponente.

—¿Estás seguro de que estás bien? —preguntó Theodore, notando la distracción constante de su amigo.

—Solo estoy pensando en... cosas. —murmuró Blaise, desviando la mirada hacia una ventana cercana donde la luz de la luna dibujaba sombras danzantes en el suelo.

Theodore no insistió más, consciente de que algunos misterios en Hogwarts eran tan oscuros y profundos como las mazmorras bajo el castillo.

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En otra parte del castillo, Ruby encontró a Draco, quien aún parecía perdido en su tormenta de pensamientos. Esta vez, sin embargo, ella decidió no dejarlo solo.

—Draco, podemos hablar si quieres. A veces, compartir lo que sientes hace que la carga sea más ligera. —le ofreció con una sonrisa suave, pero llena de entendimiento.

Draco miró a Ruby, sus ojos reflejando una mezcla de gratitud y confusión.

—No sé si puedo, Ruby. Hay cosas que... simplemente no entiendo de mí mismo ahora mismo. —confesó, las palabras saliendo con una honestidad cruda.

Ruby se sentó a su lado, su presencia un faro de calma en la confusión que lo rodeaba.

—No tienes que entenderlo todo ahora mismo. Solo habla, y tal vez, juntos, podemos desenredar algunos de esos nudos. —sugirió.

—Lo que me desconcierta es...— Draco hizo una pausa, tragando con dificultad. —Ruby, ¿alguna vez te has encontrado interesado en alguien de una manera que nunca esperaste?

Ruby permaneció en silencio por un momento, considerando sus palabras. —Sí, creo que todos pasamos por eso en algún momento. A veces las personas entran en nuestra vida y cambian nuestras perspectivas de formas inesperadas. Es... confuso, pero también puede ser una oportunidad para descubrir nuevas partes de nosotros mismos.

Draco asintió lentamente, mirando fijamente sus manos entrelazadas.

—Creo que eso es lo que me está pasando contigo. —admitió finalmente. Su voz era un susurro, casi temeroso de ser escuchado.

Ruby sintió que el aire se volvía más pesado, cargado de significados no dichos y posibilidades futuras.

—Y eso te asusta, ¿verdad? —preguntó suavemente, sin mirarlo directamente para darle espacio.

—Mucho. —Draco levantó la vista, enfrentando sus propios miedos reflejados en los ojos de Ruby. —No sé qué hacer con estos sentimientos. No sé si debería...

Ruby le interrumpió, poniendo una mano sobre la de él.

—No tienes que hacer nada que no quieras, Draco. Ni actuar de ninguna manera si no estás listo. Lo importante es que seas honesto contigo mismo sobre lo que sientes. Y recuerda, estoy aquí para ti, no importa qué.

—Gracias, Ruby. Eso significa mucho para mí. —dijo Draco, su voz cargada de un alivio palpable.

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Mientras tanto, en un rincón menos iluminado de la biblioteca, Blaise se encontraba inmerso en una partida de ajedrez mágico con Theodore.

Los movimientos de las piezas parecían reflejar la tensión que Blaise sentía en su interior, cada peón avanzando cautelosamente, como si temieran revelar demasiado al oponente.

—¿Estás seguro de que estás bien? —preguntó Theodore, notando la distracción constante de su amigo.

—Solo estoy pensando en... cosas. —murmuró Blaise, desviando la mirada hacia una ventana cercana donde la luz de la luna dibujaba sombras danzantes en el suelo.

Theodore no insistió más, consciente de que algunos misterios en Hogwarts eran tan oscuros y profundos como las mazmorras bajo el castillo.

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Mientras el castillo de Hogwarts se sumía en la oscuridad de la noche, los secretos y las revelaciones seguían fluyendo como las corrientes bajo sus antiguos cimientos.

En las páginas del periódico escolar "Stupefy!", el artículo de Lucy sobre el incidente con Pansy Parkinson se imprimió con un titular que prometía más misterios y dramas en los próximos días.

Al final de este capítulo, los estudiantes se retiraron a sus habitaciones, sus mentes llenas de pensamientos sobre el futuro y sus corazones un poco menos pesados. Draco, en particular, sintió que un gran peso había sido levantado de sus hombros. Aunque incierto, el camino hacia adelante parecía un poco más claro, gracias a la inesperada amistad y quizás algo más, que había encontrado en Ruby.

Con la luna brillando intensamente sobre el lago, el reflejo del castillo en las aguas tranquilas prometía más historias, más magia y más aventuras interesantes que recorrer juntos.

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Hola! Estos son los últimos capítulos de MOON, lo quería aclarar de antemano para que se fuera especulando el misterioso final.