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Sylvia estaba sentada en cuclillas frente a un pequeño campo, vigilando su lugar diligentemente.

El campo de entrenamiento de los Caballeros Teutónicos no era el lugar ideal para ello, ya que estaba bastante apartado y no interfería en el entrenamiento.

Un Auror ciego o incluso un topo podrían destrozar el jardín.

Por eso, Sylvia lo vigilaba de cerca. Si lo destruyeran, alguien a quien ella quería se entristecería.

En ese momento, Sylvia giró la cabeza con expresión feroz, sintiendo una presencia.

Sin embargo, en cuanto vio de quién se trataba, se enderezó rápidamente con reverencia.

"Comandante Gallahad. Buenos días".

Sylvia saludó con prontitud. Ella era esa clase de persona.

Capitán de la Guardia Gallahad.

En segundo lugar entre los Caballeros Imperiales.

Pero se hablaba mucho de que esto era mera "deferencia" hacia el antiguo Comandante de la Guardia Granz.

El debate fue feroz. ¿Es Granz el más fuerte, o lo es Gallahad?

Sylvia estaba del lado de Gallahad. Se había unido a los Caballeros Teutónicos porque admiraba a Gallahad desde el principio.

"Sylvia. ¿Qué haces aquí en vez de entrenar?"

Gallahad se acercó, con los labios curvados hacia arriba. Los colmillos que mostraba cuando sonreía recordaban a los de un lobo.

"Me estaba tomando un pequeño descanso".

"He oído que te pasas el día vigilando ese jardín".

'Ese Reston b*stard'.

Sylvia lanzó una mirada feroz. Reston era el peor hombre que conocía, carente de toda lealtad. El tiempo lo diría.

"Bueno, no diré nada de tu talento, pero hacer de niñera se acaba aquí".

Gallahad le entregó un papel.

Sólo hay una razón por la que un comandante entrega documentos.

Sylvia se puso inmediatamente en posición de firmes y lo aceptó respetuosamente.

"Es una orden. Nuestra Emperatriz estaba bastante molesta por este incidente".

El contenido del papel era simple.

- Seleccionar a una persona y enviarla a mi médico.

"¿Soy yo esa persona?"

"Sí. Eres la elegida".

Sylvia estaba contenta, pero no complacida.

Los Caballeros Teutónicos estaban ahora al borde de una gran campaña.

"...¿No confías en mí?"

En aquella situación, la fuga de poder era lo que más odiaba Gallahad.

Por supuesto, podría ser porque era la más cercana a Sena. Eran compañeros de la Academia.

No obstante, Gallahad alzó las cejas como diciendo: "¿De qué estás hablando?".

"Porque eres el que más destaca en la guardia dentro de los Caballeros Teutónicos. Yo puedo destrozar a la gente, pero no puedo protegerla".

"¿Soy el más hábil?"

Hacía tiempo que la genio había abandonado su orgullo.

Aquí, los individuos más hábiles del Imperio se reunían en la Orden Teutónica.

Me Convertí En El Médico De La Tirana Enferma TerminalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora