44

385 83 5
                                    

Dentro del carruaje de vuelta.

Sena miró a Astria, insegura de dónde mirar.

"Eh... ¿Puedes aparecer así?".

Las palabras que consiguió pronunciar estaban llenas de confusión e indignación.

Sentía como si el tejido de la realidad se hubiera desgarrado.

¿No se suponía que una emperatriz era una figura distante, que observaba el mundo desde un trono aburrido?

¡Aparecer tan descaradamente en la realidad era hacer trampa!

Esto es injusto, completamente injusto.

"No tengo ningún lugar en el mundo en el que no pueda poner un pie".

"B-bueno, eso es cierto, pero..."

"Oh, supongo que hay un lugar. Aunque sea yo, no pertenezco al armario de los artículos de limpieza. ¿Por qué estabas ahí?"

Sena se sintió avergonzada al ver a Astria realmente curiosa.

En ese fugaz momento, no pudo ver ningún otro lugar donde esconderse.

Era hora de cambiar de tema.

"Ejem. Majestad, ¿por qué estabais en la catedral?".

"¿No ves el agua bendita? Vine para un bautismo".

"Un bautismo, ¿eh?

Astria seguía secándose el pelo con una toalla. Su larga melena tardaría un rato en secarse del todo.

Pero a Sena le resultaba irritante que siguiera tocando el mismo lugar una y otra vez.

¿Está bien ser tan torpe mientras te secas el pelo?

Finalmente, Sena le tendió la mano.

"Dame eso".

"Hmph".

Astria le entregó la toalla.

'No le muestro la espalda a nadie'.

Al menos eso es lo que esperaba Sena, pero inesperadamente, Astria se giró educadamente para que él le secara la espalda.

Mientras Sena secaba el pelo de Astria, preguntó.

"¿Por qué el bautizo?"

"Mi recuperación se debe únicamente a mi guapo médico, pero el mundo no lo reconocerá".

Sena entendió vagamente lo que Astria quería decir.

No era un sacerdote, sino un simple sanador.

En un mundo donde existía la "Magia Sagrada", a los sanadores como él se les trataba mal.

"Necesitaba afirmar que la ayuda de la Iglesia me ayudó a recuperarme. Es más apropiado decir que Justitia se apiadó de mí y me salvó".

Astria no estaba contenta.

No le gustaban esas afirmaciones falsas.

Pero-

Si la Iglesia no hubiera apoyado a Sena, esos lunáticos le habrían hecho algo.

A Sena.

Astria estaba dispuesta a luchar contra la Iglesia, pero tenía otras tareas entre manos y no quería complicar las cosas innecesariamente.

"Hiciste bien. Seguro que también será mejor para los demás".

"¿No estás enfadado?"

Sena parecía extrañamente resuelta.

Me Convertí En El Médico De La Tirana Enferma TerminalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora