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A pesar de conocer la situación del Imperio, la mañana de Sena seguía siendo brillante.

Nada había cambiado.

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La expresión de Sena en el espejo era sombría.

'Lo siento'.

No había querido preguntarle eso a Sylvia ayer.

... Si no lo hubiera hecho, quizá lo habría lamentado menos.

La pelota.

Ese era el límite de Sena.

No quería hacer nada más allá de eso.

Sin embargo...

"Si mi débil poder puede ser de ayuda.

Hasta que se fue, tenía la intención de ayudar.

**

"¿Qué es esto?"

"Pastel."

"¿Quién te dijo que ni siquiera tocaras el postre?"

"... Pensé que había sido demasiado duro contigo. En realidad, está bien comer un poco".

Astria miró la tarta de fresa preparada desde la mañana.

La actitud de Sena era un poco extraña, pero Astria no era de las que se negaban.

"Que lo disfrutes".

"Sí".

Astria cogió el cuchillo y cortó el pastel.

Un pastel después de mucho tiempo. Se sentía muy bien.

Astria, que llevaba un rato comiendo, empezaba a sentirse molesta por la presencia de Sena.

Sena la miraba fijamente con una mirada intensa.

"¿Por qué estás siendo tan amable hoy?".

"¿Es por lo del anticipo otra vez?".

Astria comió su pastel y miró a Sena.

"¿Amable? Cualquiera pensaría que he sido irrespetuosa con Su Majestad todo este tiempo".

"¿Estás diciendo que no eras consciente de ello? Pensaba que eras alguien que no se aferraba a la vida, a punto de morir".

"Ja, ja... No, viviré una larga vida".

Astria hizo una pausa mientras comía el pastel.

A Sena se le pusieron los pelos de punta.

'... Qué tipo más ridículo'.

¿De verdad no tiene apego a la vida?

¿Por qué valora tanto la vida de los demás?

Cuanto más pensaba en ello, más le disgustaba. Astria comenzó a apuñalar enojada el pastel con su tenedor.

"Disfruta de la comida".

"No hables. Es molesto".

Astria atacó el pastel ferozmente.

Pero se detuvo a mitad de camino.

"... ¿No estás comiendo?"

"¿Yo?"

"¿Quieres uno?"

Los ojos de Betty se abrieron de par en par y se irritaron mientras juntaba las manos en silencio y miraba.

'Mi Majestad, estás renunciando al pastel que estabas comiendo'.

Me Convertí En El Médico De La Tirana Enferma TerminalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora