23- Pau, Un simple beso

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El camino de vuelta esta resultando bastante tenso, o soy yo que no puedo dejar de pensar en sus labios sobre los míos mientras las canciones de la radio llenan el silencio y pierdo la vista en el cielo que comienza a teñirse de diferentes colores y sombras tras la bajada del sol.

<<Amo viajar en ruta y ver los atardeceres en ella. Es perfecto.>> Salvo que en mi cabeza comienzan a resonar sus palabras, ese pacto donde ambos dejamos claro que no íbamos a intentar nada que no fuera ser amigos. Palabras que se mezclan entre la letra que suena en los parlantes del auto, llamando mi atención a la vez que observó su serio perfil pendiente del camino. Ha-Ash canta: ""Si, algo cambió...Sin proponérselo...Me acostumbré a tu voz...Y a ti cerca de mi...Eras mi amigo y yo...Todo lo confundí..."".

<<Amó verlo manejar, con una mano en su pierna y la otra extendida en el volante... tan seguro, sexi, relajado. ¡Yet!>>. Sacudo la cabeza ahuyentando mis locuras y vuelvo a posar mis ojos donde deben estar, en la ruta.

- ¿Estás enojada?
-- No.
- ¿Qué sucede?
- Nada.
- Por favor Pau -la voz de Fede es suave y cálida, no recuerdo haberlo escuchado nunca con ese tono.
- ¿Por qué motivo estaría enojada?
- No lo sé -dice encogiéndose de hombros y mirándome de reojo.
- ¿Entonces?
- Es raro verte sin una sonrisa, con la mirada...
- ¿Entonces? - repito entre sarcasmo y una mueca de duda, sin entender su punto, interrumpiendo.

<<¿Entonces? Qué diablos>>. No puede ser que un simple beso lento, corto, cálido... dulce.<<¡Mierda!>>.

<<¡En qué diablos estaba pensando!>>, es que claramente no lo estaba haciendo, otra vez. Porque no bastó con lo que pasó en la fiesta, el casi beso, la pelea en la oficina y las aclaraciones de que "sólo somos amigos" para mantenerme alejada de ese magnetismo que parece siempre acercarme a su cuerpo.

<<¡No! Tenía que cagarla>>.
¿Y ahora?. <<Tranquila, no pasa nada. Seguramente Federico nuevamente se dio cuenta que fue un error, así que no será necesario aclarar nada. Sólo tengo que hacer como si nada hubiera pasado>>. Al fin y al cabo, ¿qué fue lo que pasó? Un efímero beso insignificante resultado de su alma protectora, <<¡Si! Fue eso, seguro sintió lástima y él que no puede con ese tipo de sentimientos tuvo que solucionarlo, protegerme>>.

Entonces, continuo, contestando mi pregunta antes de que entraramos en una conversación de la que no pudiera salir, porque la verdad es que estoy cansada, muy cansada. Estoy... <<Confundida. Rota. Asustada. Perdida en el sabor de ese escueto beso y su maldito perfil>>.

- Entonces, estoy perdida en la ruta, en el ya oscuro cielo estrellado que resplandece sobre la ruta.
- Ok -susurra- Mírame un minuto.
- ¡¿Qué?! -respondo molesta, ya sin paciencia.

<<¡Tanto le cuesta entender!>>, es posible que si las cosas no son como él quiere o cuándo él quiere no las puedas aceptar. Pero la bronca se desvaneció en el instante que extendió su mano y acaricio mi mejilla con suavidad, con delicadeza, recorriendola con la yema de su pulgar. Su mirada estaba teñida de algo no puedo descifrar, pero su gesto me estremeció el alma porque ese simple y pequeño gesto estaba lleno de ternura, de <<¿empatía?¿comprensión?>>. No estoy acostumbrada a ver esa parte de él, a sentir que una caricia me abrigaba y destrozaba en partes iguales. Aún así le sonreí y me perdí en la complicidad de sus ojos. En debates sobre las letras de las canciones que sonaban en la radio. En risas surgidas de las ocurrencias de mis amigos, locuras del fin de semana, más anécdotas sobre aquellos estudiantes que solíamos ser y otras del pequeño Fede en épocas en que mi cuñado era un mocoso atrevido.

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- ¿Qué querías ser cuando eras niño?

Hasta VOLVERNOS a ENCONTRARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora