La cocina había terminado reluciente después de un duro y arduo trabajo; ambos seguían sucios, llenos de leche y, en el caso del tritón, de harina, huevos y quién sabe qué más. Eddie le había sugerido al rubio que limpiaran primero y luego se bañaran, una idea que a Buck le pareció razonable. Ahora que la cocina estaba limpia y el piso reluciente, y la despensa vacía, Buck se sentó con cuidado en la silla, tratando de no manchar nada.
—Ahora sí deberíamos bañarnos —dijo con tono cansado. No tenía ganas de bañarse, pero tampoco soportaba su cabello pegajoso, además tenía hambre y debía hacer el desayuno. Aunque tal vez sería mejor pedir pizza. Eddie lo observaba mientras pasaba un trapo mojado por la barra; Buck le había enseñado que debía limpiar para ganarse sus chocolates.
—Vamos a bañarnos, entonces —dijo Eddie feliz, soltando el trapo húmedo y dejándolo por ahí. Buck bostezó; quería volver a la cama.
—Báñate tú primero, luego me baño yo —dijo el rubio, tapándose la boca ante otro bostezo. Eddie sonrió y sugirió una idea un tanto vergonzosa para Buck.
—¿Y si nos bañamos juntos? —preguntó Eddie por segunda vez. Buck lo observó; ¿acaso el tritón no entendía el doble sentido en sus palabras?
—No podemos bañarnos juntos —dijo el rubio, levantándose de su asiento para buscar su cambio de ropa o hacer algo para ignorar la propuesta del mayor.
—¿Por qué no? —insistió Eddie, volviendo a esa actitud de niño pequeño mientras lo seguía.
—Porque somos hombres, no podemos bañarnos juntos —explicó Buck, aunque no sabía bien cómo hacer que el tritón entendiera. Observó el rostro pensativo del tritón, que ya no estaba lleno de harina aunque aún apestaba a claras de huevo.
—Entonces, si fueras mujer, ¿podrías bañarte conmigo? —preguntó Eddie, sonriendo. Buck frunció los labios.
—No, no quise decir eso. Las únicas personas que pueden bañarse juntas son los niños pequeños y las parejas —explicó de nuevo con paciencia mientras seguía su camino hacia las escaleras. Llegaron a la habitación y Buck reprimió las ganas de aventarse a la cama.
Más bien, era la cama que ahora parecía ser del tritón también.
—Tú y yo no somos niños pequeños —concluyó señalándose. Eddie no quedó conforme y volvió a hablar mientras el rubio buscaba ropa por todo su armario, que ahora compartía con Eddie.
—Entonces seamos pareja —sugirió Eddie, feliz por la idea. Buck volvió a verlo con un leve rubor en las mejillas.
—No, Eddie, no me estás entendiendo —suspiró. Eddie era terco. El tritón se acercó rápidamente y le tapó la boca con su mano haciendo señal de silencio. Buck frunció el ceño ante el gesto. Eddie sonrió confiado y tomó a Buck por la cintura, cargándolo como si fuera una princesa.
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Besos bañados de sal
FanfictionEddie y buck en una aventura llena de besos bañados de sal. Todos los derechos reservados. Los personajes mencionados no son de mi propiedad, pertenecen a la serie "911".