Cap 14

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Al despertar al día siguiente, Buck sintió la cálida luz matutina acariciando su rostro, haciéndole sonreír levemente mientras bostezaba. Se preguntó qué hora sería, y al intentar estirar sus brazos, notó un peso familiar alrededor de su cintura.

"Eddie..."

El tritón siempre lo abrazaba así por las mañanas desde que Buck había accedido a compartir su espacio con él. Con un brillo de reconocimiento, los eventos del día anterior inundaron la mente de Buck. La cola de Eddie, la bañera, las cervezas... los besos y la confesión. Un sonrojo intenso tiñó sus mejillas al recordar.

"Yo también necesito besos para aprender tu idioma".

De repente, un clic en su cerebro lo devolvió al presente. Buck se ruborizó al recordar los momentos de la noche anterior y sus propias acciones.

"¡Oh, por Dios! ¿Qué he hecho?", se dijo a sí mismo mientras se incorporaba rápidamente, lo que provocó que Eddie se moviera y despertara con el ruido. Buck se giró hacia él, perplejo

-¡Eddie! -exclamó sorprendido.

¿Qué hacía el tritón en su cama? ¿Cómo había llegado ahí? Y lo más importante... ¿dónde estaba su cola?

Buck, intrigado y ligeramente alarmado, descubrió que la sábana cubría por completo el cuerpo de Eddie. No pudo resistirse y la retiró de un tirón para verificar la presencia de la cola del tritón. Eddie, sintiendo el repentino frío en sus piernas, abrió los ojos somnolientos y observó a Buck con curiosidad.

Mientras Buck observaba con fascinación, sus ojos siguieron el recorrido de las piernas de Eddie hasta...

"¡Ah! Eddie, estás desnudo", tartamudeó Buck, sintiéndose aún más avergonzado, y cubrió rápidamente a Eddie de nuevo con la sábana. 

Eddie sonrió con ternura, aún adormilado, y se acomodó de nuevo en la cama dándole la espalda. ¿Acaso todo había sido un sueño?

Buck trató de recordar cómo habían llegado a esa situación. Mientras lo hacía, notó su propio torso desnudo y levantó la sábana ligeramente, alarmado.

"¿Por qué estoy desnudo?", murmuró para sí mismo, mirando con sorpresa a Eddie, que ya se había quedado dormido nuevamente. "¿Qué hicimos anoche?", se preguntó en voz baja, confundido por los recuerdos borrosos de la noche anterior.

"No podemos haber hecho nada", murmuró Buck, alarmado. "Él tenía una cola", dijo, levantándose con cuidado de la cama.

Al soltar un quejido de dolor al ponerse de pie, Buck se sobresaltó. ¿Por qué le dolía tanto el trasero?

"No puede ser", murmuró en voz baja, sintiendo cómo se le subían los colores al rostro.

 Buscó en el suelo y encontró una camiseta tirada cerca, la cual se apresuró a ponerse. Luego, caminó hacia atrás hacia el baño, cubriéndose con las manos para no ser visto por Eddie. Empujó la puerta entreabierta y se asomó dentro, descubriendo el caos de la noche anterior: cervezas vacías, la mesa volcada, platos de comida esparcidos por el suelo y la bañera casi vacía. Una punzada de dolor se apoderó de su cabeza; ahora tenía una jaqueca.

Besos bañados de salDonde viven las historias. Descúbrelo ahora