Cap 4

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Buck se encontraba en apuros, tratando desesperadamente de encontrar ropa adecuada para Eddie.

Todos estaban apiñados en la habitación del rubio, Maddie sentada en la cama observando a Edmundo, quien tenía una toalla alrededor de la cintura mientras Buck buscaba frenéticamente ropa por todo su armario. De reojo, veía al tritón tocando las cortinas de la habitación, abriéndolas y cerrándolas con curiosidad. Eddie, por su parte, había dejado de prestar atención a las cortinas cuando vio un pequeño pez encerrado en una jaula de cristal, un pez dorado que no nadaba hacia el Mar de Asia desde hacía tiempo y que le hizo recordar al triton su hambre.

Maddie, por su lado, observaba a eddie sorprendida, intentando mantener la compostura frente a la situación desconcertante.

Se preguntaba qué hacía un hombre desnudo en la casa de vacaciones de su hermanito; ¿sería alguna etapa de Buck, el chico sería un lugareño, o por qué los lugareños eran tan guapos? Estas eran solo algunas preguntas que se hacía mientras observaba la extraña escena.

¿Por qué parece que viene de otro planeta?" preguntó al fin la chica, mientras su hermano dudaba si debía o no decirle la verdad.

El rubio volvió su vista hacia su hermana. "Bueno, porque... no es de este planeta... bueno, sí, pero..." Buck desvió la mirada inmediatamente al notar que Edmundo había tomado su pececito dorado, que estaba en la esquina de la habitación. Ambos lo observaron y Buck abrió los ojos sorprendido cuando Eddie se llevó a la boca el pez, arrancándole la cabeza de un mordisco.

"¡Pero qué haces!" exclamó el rubio, tratando de contener las lágrimas mientras veía cómo su querida mascota sufría una violenta desmembración por parte del curioso tritón.

Eddie masticó el pez con tranquilidad, pero al notar las lágrimas y la expresión asustada de Buck, se acercó y limpió una lágrima del rostro del rubio con su dedo pulgar, mientras Maddie los observaba con atención, desconcertada por la situación.

"Te dejé la mitad", dijo Eddie extendiendo hacia Buck la mitad del pez muerto, pensando que las lágrimas de Buck eran porque lo había dejado sin comer.

Maddie continuó con las preguntas, mostrando su confusión: "¿Por qué tu 'hombre especial' se acaba de comer un pez crudo?"

Buck simplemente pasó la vista del pez dorado muerto en la mano de Eddie a los ojos curiosos de su hermana, tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicar lo inexplicable.

Buck respiró profundamente, tratando de recomponerse mientras miraba la mitad del pez ofrecida por Edmundo y luego a los ojos inquisitivos de Maddie.

"Bueno, Maddie, esto es un poco complicado..." comenzó Buck, pensando en cómo abordar la situación. "Resulta que Edmundo aquí es... bueno, es un tritón. Sí, un ser marino que de alguna manera terminó en mi bañera", explicó, buscando las palabras adecuadas para no sonar completamente descabellado.

Maddie arqueó una ceja, aún perpleja. "Un tritón en tu bañera... claro", dijo con escepticismo. "Y se come peces crudos", agregó, mirando alternativamente a Buck y a Edmundo.

Buck asintió, tratando de mantener la calma. "Sí, parece que le gusta la comida del mar... y el chocolate, de verdad no esperaba que se comiera a mi pez mascota", admitió, con una mezcla de sorpresa y resignación.

Edmundo, ajeno al tenso diálogo entre los hermanos, observaba con curiosidad la interacción mientras jugueteaba con la cola del pez entre sus dedos. Luego, miró a Buck con expresión inquisitiva, como si esperara más explicaciones sobre la situación en la que se encontraban.

Besos bañados de salDonde viven las historias. Descúbrelo ahora