¡Gēge, noticeame! ➳ Tendery (EN EDICIÓN)

veintisiete

— Los días pasaban tan lentos para mí, pero finalmente -la chica de cabello corto alzó sus brazos, señalando el iluminado lugar frente a ellos.- ¡Está aquí!

Toda la institución había preparado y ambientado el lugar para esto, ese día serían las presentaciones de todos los estudiantes y todos estaban que gritaban de la emoción.

Había un gran escenario para aquellos que debían hacer una obra más grande, como el grupo de teatro, en algunos rincones podías ver las pinturas hechas por el grupo de arte, en otra esquina podían visualizarse esculturas y demás, todo aquello fruto del esfuerzo, dedicación y pasión de cada uno de aquellos estudiantes que no podían hacer más que sonreír.

O bueno, al menos la mayoría de ellos.

Ten solo miraba todo sin expresión alguna, como si estuviese vacío. Él amaba bailar y esperó con ansias este día más que nadie, pero con todo lo que pasó se sentía exhausto, como si hubiese perdido toda emoción que recorriera su cuerpo y ahora solo era como un maniquí sin sentimientos.

Las chicas del grupo vocal empezaron a caminar junto a los del grupo de baile en cuanto HaSeul les hizo una seña y él no lo notó, no hasta que una mano se posó en su hombro con suavidad y lo guió, brindándole una pequeña sonrisa que estaba ligeramente cargada de nerviosismo.

— Gracias, DeJun. -mencionó muy por lo bajo, el otro siendo capaz de escucharlo a duras penas.

El mencionado suspiró un tanto agobiado. Desde aquel día Ten se mostraba muy decaído y aquel chico de cabello naranja le había pedido, o más bien rogado, con lágrimas en sus ojos que cuidara de su gēge, pero a veces sentía que no podía hacer mucho.

Él no sabía qué había sido la causa de que Ten entrara en crisis aquella tarde y aunque lo supiese, para ese tipo de situaciones era muy torpe, seguro no habría ayudado en lo absoluto.

Y si bien antes estaba seguro de que su amigo Wong estaría igual de preocupado que YangYang al saber de su estado, la realidad era que su actuar no estaba muy alejado del tailandés.

KunHang ya no salía, no irradiaba la mi energía que antes, o al menos no todo el tiempo, además de que con el pasar de los días parecía querer estar más lejos de Ten de lo que creía posible.

De verdad, ya había perdido la cuenta de cuantas veces había sido zarandeado bruscamente para ser llevado a otro lugar y así poder evitar cruzarse con el más bajo. Todo aquello le parecía tan surreal.

A pesar de que había intentado hablar con KunHang, no sólo una vez, sino tantas veces que el menor terminó por molestarse con él por no dejarlo dormir correctamente. Él quería comprender qué ocurría pero Wong no quería explicarle y le avergonzaba preguntarle a Lee.

Suspiró exhausto.

Estuvo divagando en su mente por un buen rato, cuando logró visualizar la cabellera naranja de Liu entrar al salón qu3 habían tomado como camerino. Fue más que imposible no concentrarse en otra cosa que no fuera YangYang en ese momento y no tardó en mostrar una gran sonrisa, sonrisa que fue correspondida en cuanto sus miradas chocaron.

— ¡Gēge! -corrió tal cual un niño chiquito y lo abrazó, sus ojos eran imperceptibles a ese punto debido a la sonrisa en sus labios.- ¡Que bueno verte! Luego de que acomodamos nuestras esculturas estaba muy aburrido y quise hablar con alguien, pero los de mi grupo son unos raritos, me arriesgué a hablar con John a pesar de que me siento un tanto incómodo estando solo con él pero me dejó en cuanto vio a un pelinegro con dientes de conejo, creo que se llamaba Doyo-

— Wowow, cálmate, lindo, ¿si? -DeJun soltó una risa a la par que tomaba de los hombros a Liu.- Más lento, no puedo procesar todo tan rápido.

— ¿Cómo me dijiste?

La mejillas del rubio se tiñeron de un fuerte color rosáceo en cuanto cayó en cuenta del apodo que había utilizado. Relamió sus labios, repentinamente se sentía nervioso.

— Yo...

— Deberías llamarme así más seguido.

Y si bien su rostro no tardó en demostrar cierto asombro, no tuvo mucho tiempo de si quiera procesar o decir algo cuando alguien más había entrado, siendo esta vez una chica de cabello rubio que parecía preocupada.

— ¿Eres DeJun, cierto? -preguntó al de cejas gruesas luego de un rápida reverencia, él asintió sin entender.- Disculpa, ¿has visto a KunHang oppa?

— No, él vino aquí mucho antes que yo. -ladeó su cabeza.- Creí que estaría ocupado con sus pinturas y eso.

— Pues nadie de nuestro grupo lo ha visto en todo el día. -mencionó ella.- Y JungKook oppa ha estado buscándolo desde hace una hora.

La confusión que yacía en DeJun no hizo más que aumentar mientras se levantaba de su asiento aún hablando con Yuna, cuestionandole si le había llamado o escrito, sin siquiera notar otro par de ojos confusos que miraban todo desde un poco más lejos.

— Y entonces... ¿Ten? -una mano pasó repetidas veces por su rostro.- ¿Me estás escuchando?

El nombrado miró a HaSeul unos segundos intentando responder la pregunta, pero terminó por echar otro vistazo rápido su costado viendo como DeJun dejaba el salón junto con la chica.

— No. -giró a verla nuevamente.- La verdad no, discúlpame.

— Sí, disculpalo. -una mano se posó en su hombro y no tuvo que voltear para reconocer la voz de su amigo pelinaranja.- Está en otro mundo estos días.

La chico soltó una pequeña risa.- Ya veo, quien sea que te tiene enamorado te ha estado distrayendo mucho estos días.

El comentario de Jo era completamente en broma, ella no sabía en lo absoluto lo que ocurría con su vida, pero aunque él quiso replicar que no se encontraba enamorado su voz se trabó, como si su lengua se hubiese enredado al punto de ser un nudo.

Era incapaz de aceptar que no estaba enamorado.

Porque todo de sí mismo le indicaba que lo estaba.