❝Dónde a Ten le toca hacer el trabajo de detective para descubrir quién dejó todo ese espectáculo en su casillero, o dónde KunHang fue lo suficientemente estúpido como para no firmar la nota.❞
|1134|
🌙Chittaphon Leechaiyapornkul × Wong KunHang [NCT...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¡Wong KunHang!
— ¡Fue DeJun!
El nombrado levantó su vista de la guitarra que estaba tocando, a pesar de que sus cabellos rubios estaban casi cubriendo sus ojos se podía notar su ceño fruncido.
— ¡Yo no hice nada!
El mayor en la habitación suspiró; sus amigos eran un desastre andante.
— Sé que no hiciste nada, DeJun, no te preocupes. -el rubio sonrió antes de seguir tocando la nueva melodía que practicaba.- Pero tú... -señaló al menor.- No tengo palabras, en serio.
Pero a pesar de que dijo que no tenía palabras, Kun le gritó por una hora entera a KunHang.
DeJun se limitó a aguantar sus carcajadas mientras veía la escena, KunHang tenía una expresión de cachorro triste con la intención de oprimir el corazón de Qian, y así, librarse de todos sus regaños, al menos por ese día.
— Pero es que- -soltó un suspiro frustado.- Entiendo que estás enamoradito y todo pero... ¿No crees que fue demasiado?
— Sólo quería que se diera cuenta de que existo. -habló tratando de que aquella frase no le doliera.- Fue una simple declaración, no entiendo tu dramatismo. -frunció su ceño.
— ¿Dramatismo? -preguntó irónico antes de reír un poco.- Le llevaste flores y dejaste una nota en su casillero.
— Ajá.
— Y luego apareció Mark rapeando. Mark Lee. El mejor rapero de la SM.
— Ajá.
— Gastaste todos tus ahorros para pagar sólo un minuto y medio de rap.
— No tenía muchos ahorros.
— KunHang, estabas ahorrando desde hace tres años, tenías el dinero suficiente como para comprarte un carro de último modelo y aún así te sobraba.
El rubio ahora sí no pudo evitar soltar una carcajada, generando que los otros dos dirigieran su atención a él, el de cabellos azabache asesinandolo con la mirada.
— Deja de reírte, enano.
Oh, con su altura no.
— ¡¿Cómo me dijiste, Donkey?!
— ¡Como escuchaste, Mushu!
— A ver, a ver, -el mayor se paró en medio de ellos, terminando con aquel intento de pelea.- se calman o se calman.
— Él empezó. -hablaron al mismo tiempo mientras se señalaban.
Kun suspiró por quién sabe qué número al día. Ese par le iba a causar canas verdes.
— A veces me pregunto cómo los soporto. -frunció su ceño.- Cómo sea, debo irme, ¡Y espero -levantó la voz mientras miraba fijamente a sus menores, generando que se encongieran en su lugar.- que no haya ningún desastre aquí!