dieciocho

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Y bueno, los líderes no habían sido los únicos que tuvieron que escuchar un discurso sobre la situación con las sustancias ilícitas y todo eso, pues en cada salón los profesores se estaban encargando de volver la vida de cada estudiante más aburri...

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Y bueno, los líderes no habían sido los únicos que tuvieron que escuchar un discurso sobre la situación con las sustancias ilícitas y todo eso, pues en cada salón los profesores se estaban encargando de volver la vida de cada estudiante más aburrida con palabras a las que la mayoría no ponía ni la más mínima atención.

Básicamente se llevaron lo poco que les quedaba de primera hora "escuchando" a los profesores regañarlos de manera poco sutil.

KunHang tenía su mejilla apoyada en su mano derecha. ¿Él? ¿prestar atención? pfff, jamás, estaba a nada de quedarse completamente dormido, pero por desgracia su cara terminó resbalando de su mano y se golpeó con fuerza en la frente una vez esta terminó contra su pupitre. Un poco alterado se levantó y abrió sus ojos al tope, visualizando si alguien lo había visto, más específicamente la profesora.

Pero ella estaba muy concentrada hablando.— Ya saben, si ven algo, no duden en decirnos.

Y salvándolos de matarse ahí mismo, el timbre sonó anunciando el cambio de clase.

KunHang fue hasta su casillero y dejó ahí todas sus cosas, no llevaría nada puesto a que su siguiente clase sería arte, y ya todos tenían sus cuadros hechos... Hora libre, en sí. Cerró su casillero y se sobresaltó al ver que ahí se encontraba Seo John observándolo atentamente con una sonrisa demasiado grande que causaba miedo.

— ¿Hola? -murmuró luego de unos segundos al ver que el otro no decía nada.

— ¿Sabes, KunHang? -el aludido frunció su ceño ante la voz que utilizó Seo para hablar.- A veces en la persona cruzamos con vida que se llevan nuestro corazón.

Qué.

» Ya va, eso no era. -igualmente, el más alto frunció su ceño y pareció sacar algo de su bolsillo; una pequeña hoja que releyó en voz alta.- A veces en la vida nos cruzamos con personas que se llevan nuestro corazón.

— Ajá...

— ¿Alguien ya se llevó tu corazón, Wong? -John mostró una sonrisa que daba miedo.

— La verdad... -fue interrumpido por el mayor.

— Yo que sé, ¿quizás un tailandés de 1.70, con un nombre demasiado difícil de pronunciar y gran bailarín?

— ¿A dónde quiere llegar, John hyung? -preguntó.

Pero el aludido no pudo responder porque cierto tailandés apareció mirándolo fijamente.— John Seo que estás haciendo. -dijo entre dientes, pero claro, no lo dejó responder.- Debemos ir a clases, andando. -y tomándolo del brazo, Ten se lo llevó consigo, no sin antes pronunciar un "Adiós, KunHang" al pasar al lado de menor.

¡Gēge, noticeame! ➳ Tendery (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora