Canción: "Paradise" by Coldplay
Cuando Chiara llega a su apartamento, su cabeza está zumbando con el caos del día -más concretamente, Violeta- pero todo es pronto reemplazado con la cruda realidad de su madre y las secuelas con las que Chiara, con toda seguridad, tendrá que lidiar.
Porque, claro, es casi segura que ella ya se ha ido. Pero estuvo allí, Chiara sabe que ella estuvo allí, y que Ruslana había tenido que recoger los pedazos rotos.
Y joder, Ruslana va a estar furiosa. Violentamente-arrojando-botellas-de-whisky-a-las-paredes furiosa.
Así, empujando los pensamientos muy apremiantes y desconcertantes respecto a una tal Sra. Hodar a la parte posterior de su mente, Chiara se prepara a sí misma mientras abre la puerta, totalmente lista para una diatriba incoherente de odio ucraniano.
Cierra los ojos, por si acaso.
"¡Ahí estás!" Una voz agradable lo saluda mientras cierra la puerta detrás de ella con un temeroso clic, y la voz suena como Ruslana, pero es demasiado amable para ser Ruslana, así que Chiara abre un ojo curioso, con la espalda apoyada contra la puerta.
Y realmente es Ruslana.
¿Qué?
"Sí. Aquí estoy," dice Chiara sospechosamente y casi con temor, mirando a la muchacha. Está sentada en el piano, a medio vestir para la fiesta, habiendo sido obviamente distraída a mitad de su preparación; tiene puestos unos pantalones negros, un cinturón a medio prender, un chaleco blanco y su pelo todavía está húmedo por la ducha. Con calma, juguetea con las teclas mientras que su teléfono se encuentra en la parte superior del instrumento mostrando las partituras de una canción que debió haber encontrado en línea. Ahí está la música,
Ruslana.
"Te perdiste la visita de tu mamá," comenta sin darle importancia, logrando dar con los tonos de una cancioncilla difícil con sus hábiles dedos, y Chiara realmente no tiene idea de lo que está pasando en este momento, porque ella acababa de empezar a sospechar que el buen humor de Ruslana se debía a que su madre no había venido después de todo... pero al parecer ese no es el caso.
Entonces.
¿Qué?
"¿Y?" Chiara tienta, lentamente caminando hacia Ruslana, preparada para cualquier ataque.
Ruslana se levanta, con una sonrisa fácil pintando su rostro mientras se encoge de hombros, sus manos siguen trabajando en las teclas. "Ella es agradable. La llevé a cenar."
Y Chiara la mira fijamente.
"Lo siento, ¿qué?"
"Llevé a tu mamá a cenar."
¿Qué mierda?
"Qué - ¿Por qué hiciste eso?" Chiara balbucea, mirándola como si acabara de hablar en alguna jerga desconocida.
Lo cual, para ser honesta, medio que hizo.
"Estaba muy molesta cuando llegó. Así que tuvimos una agradable charla, entonces me ofrecí a llevarla a cenar. Se sentía mejor después de eso, se detuvo con eso de tratar de llamarte y pedimos mousse de chocolate para el postre. Luego se fue a su casa. Le di un beso en la mejilla antes de que se marchara y prometió llamar. Creo que echa de menos tener una hija a la cual adorar," Ruslana dice casualmente, y es tan simple y clara y completamente al jodido azar, que Chiara sólo puede seguir mirándola.
Porque por supuesto que Ruslana llevó su madre a cenar. Y por supuesto que se agradaron mutuamente.
"¿Te dijo por qué vino?" Chiara le pregunta con cansancio, dirigiéndose a la cocina por un vaso de agua.
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Young and Beautiful | Kivi
RomanceChiara, para su horror, asiste a una universidad donde el nombre Nicole Wallace significa algo, Ruslana Panchyshyna no para de hablar, hay pianos por todos lados y, Violeta Hodar, hija de un drogadicto ex-rockero clínicamente inestable, tiene una so...