XI

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En el momento en que Chiara entra en su apartamento, camina en línea recta hacia el dormitorio de Ruslana, mientras su mente sigue zumbando repetitivos "QUÉ CARAJO" y un fuego le quema en todos los lugares en que su piel tocó a Violeta en su borrachera.

De ninguna jodida manera puede simplemente acostarse en su cama ahora mismo y quedarse dormida. No, absolutamente no puede hacer eso porque la cabeza podría explotarle en cualquier momento y su corazón está haciendo cosas raras y su presión arterial está, probablemente, por las nubes; la muerte es eminente.

Y, oh sí, también está enojada con la pequeña mierda ucraniana porque ¿dónde demonios se había metido? ¿Y por qué mierda abandonó a Chiara, dejándola para cuidar de una apenas consciente Violeta Hodar?¿Y acostarla en su cama? ¿Y así obligarla a tomar su maldita mano como a una niña pequeña?

Es todo culpa de Ruslana.

Furiosa de nuevo, irrumpe a través de la puerta cerrada e inmediatamente ve el cuerpo dormido de la muchacha arremolinada entre las mantas, su cabeza postrada profundamente entre las almohadas, con la boca abierta cómicamente. Todavía está vestida, tiene los zapatos puestos y todo, la habitación claramente huele a marihuana y whisky, y los restos de un sándwich de pavo están apoyados en su mesa de noche, a medio comer y abandonado.

Pero Chiara se alivia por dos razones:

1. Ruslana está oficialmente en casa y no anda por ahí.

2. Ruslana esta sola y por lo tanto puede enfocar toda su atención sobre Chiara que se siente vulnerable y necesitada. (También tenía una especie de miedo de interrumpir en algo que muy probablemente la hubiera marcado de por vida.)

"Rus, Ruslana, Ucraniana," Chiara le llama mientras se sube encima de la enorme cama (y maldita sea, estas sábanas son suaves) y comienza a sacudir a la muchacha para que despierte. "Hey, tengo que hablar contigo. Necesito preguntarte cosas. ¡RUSLANA! ¡Consuelame!" Golpea sus mejillas como si estuviera tocando un tambor, su impaciencia ganándole a su gentileza.

Y Ruslana, lenta y confusamente con el ceño más fruncido que Chiara ha visto en su vida, empieza a abrir los ojos legañosos. Estos cortaron a través de la oscuridad con su brillo cristalino, buscando a los de Chiara, y el odio que brota de ellos es en realidad bastante sorprendente.

Pero Chiara continua de todos modos.

"Oh, ¡excelente! Estás despierta. Ahora, tengo que preguntarte--"

"Vete. A. La. Mierda."

Chiara parpadea. Alto, ¿qué?

"Vete. A. La. Mierda," Ruslana le repite, y su voz está cargada de sueño, profundas ojeras le rodean los ojos y tal vez tenga una resaca en proceso, o tal vez Ruslana realmente odia ser despertada (de verdad ama dormir, después de todo...) pero, de cualquier manera, Chiara está casi, casi, tal vez aterrorizada.

Se separa de ella sólo un poco, mirándola a los ojos con aprensión mientras aleja sus manos y sale de encima de la piraña que está en esa cama.

"¿Ruslana...?" Pregunta con cuidado.

La mirada de Ruslana quema. "Chiara, si no sales de encima mío y te vas a la mierda en este mismo instante, juro que voy a arrancarte tu maldita cabeza."

Chiara abre la boca, horrorizada.

"Arrancar mi--"

"Voy a arrancarte la cabeza con mis putas manos y voy a dársela de comer a tu maldita madre," Ruslana confirma, e incluso en su cansancio, sus brazos comienzan a moverse.

Y Chiara [casi] se asegura de que Ruslana no va a masacrarla...

"Bien. Te veré cuando te despiertes. Buenas noches, amor, ¡dulces sueños!" Canturrea, alejándose de ella con un movimiento hábil y prácticamente corriendo de la habitación sin mirar atrás.

Young and Beautiful | KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora