II

512 7 1
                                    

"This Boy" by Franz Ferdinard

Es una maldita Ucraniana. Ucraniana. Y ruidosa. Temeraria, entusiasta, más rica que los siete mares y muy, muy, muy ucraniana.

¿Es que ese pequeño acento nunca iba a volverse viejo? Probablemente. Porque Chiara no es más que una amargada crítica y el volumen de esta bola de energía de mejillas rosadas es horrendo, psicópata.

"Soy Ruslana. Ruslana Panchyshyna." Su voz retumba de inmediato en la entrada, levantando la mano para estrecharla fuertemente con la de Chiara. Enjambres de hombres entran al piso, cargando maleta tras maleta tras cajas cuidadosamente embaladas. Porque, al parecer, su nueva compañera de piso ha traído toda una casa con ella. "Encantada de conocerte, amiga. Supongo que vamos a vernos un poco de aquí en adelante." Continúa sin problemas con un tono que Chiara solo puede describir como alegre (para su horror.)

El rostro de la muchacha se encuentra plasmado con una sonrisa permanente, aparentemente todo el tiempo al borde de la risa, y tiene una aureola de cabellos pelirrojos. El brillo de sus ojos es adorable, igualando perfectamente a su entusiasmo. Pero a Chiara no le importa porque ella ya ha decidido que odia a esta abrumadoramente ruidosa persona que ha destruido completamente el Tiempo de Chiara, pisando sus alas. Mucho. (Por no hablar de su estilo, que es atroz. Prácticamente tiene un ejército de sirvientes y sin embargo, ¿opta por una camiseta de las Tortugas Ninjas? Nada choca más con Guilty by Gucci).

"Bueno. No necesariamente." Chiara responde sin formalidades, retirando su mano casi inmediatamente después del contacto, cruzando sus brazos. Se para erguida, manteniéndole la mirada. Chiara es muy buena manteniendo la mirada. Ruslana (que es un nombre muy feo, Chiara decide) inclina la cabeza perpleja, sus ojos libres de cualquier ofensa y sus manos apoyadas en las caderas en dominante casualidad."¿Qué quieres decir?"

Chiara resopla despreocupadamente, deslizándose lejos. "No importa. Voy a dejar que desempaques mientras busco algo para comer." Saca su billetera y es justo en ese momento, cuando una mano pastosa se asienta en su brazo.

Espléndido.

"¿Puedo ayudarte?" dice Chiara, sin molestarse en filtrar su disgusto, dirige una mirada mordaz a los cálidos ojos ante ella.

Pero Ruslana, aparentemente sin darse cuenta de cómo interpretar señales de comportamiento, simplemente sonríe y responde "Mi asistente va a desempacar todo." ¿¿¿Asistente??? "Así que, voy contigo. Y yo invito". Chiara cruza sus brazos una vez más. "Eso es realmente dulce de tu parte, cariño. Pero puedo pagar por mí misma. Gracias."

"¡Por supuesto que sí! Pero eso no cambia que yo te lo esté ofreciendo. Vamos, creo que el chófer aún se encuentra afuera. Gracias, amigos." La muchacha añade, deslizando casualmente dinero en las manos de los hombres que traen sus últimas pertenencias.

¿El chófer aún está afuera? Chiara definitivamente no va a ser capaz de manejar este mundo. "Por mucho que me guste un buen chófer, prefiero caminar, así que-"

"¡Excelente! Necesito un poco de aire fresco después de estar atrapada en ese maldito coche todo el día. No puedo soportar estar sentada tanto tiempo. Es jodidamente aburrido."

Y antes de que Chiara logre comprender lo que está pasando, está siendo acompañada por la calle y aturdida por una vivaz y abrasadoramente entusiasmada charla. (¿Existe tal cosa? Chiara habría dicho que no hace cinco minutos.)

No. Chiara definitivamente no va a ser capaz de manejar esto, en absoluto.

***

Ruslana Panchyshyna no dejó de hablar durante dos días. Su voz atraviesa toda la suite, llenando cada espacio y estableciéndose en las maderas del suelo, y Chiara no puede recordar cómo se sentía la soledad porque, ¿qué es estar sola cuando existe Ruslana Panchyshyna?

Young and Beautiful | KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora