"Confesión No. 888" (Haqin) Shuumatsu no Valkyrie)

Capitulo veintitres

- ¡¡AY PERO QUE GUAPAS SE VEÍAN MIS DOS NOVIAS PELEANDO POR MI AMOOOR!! - grito Jataka emocionado mientras los ayudaba a bajarse del ring y los abrazaba con fuerza de paso - ¡Ganamos! ¡Ganamos! ¡Ganamos! - repitió emocionado mientras cargaba a Adamás como bebé y luego lo bajaba - Aquí está tu premio, preciosa. - dijo para después darle una fuerte nalgada al pelirrojo

En ese momento se giro a ver a Ying Zheng, quien estaba acomodándose el cinturón de oro y luego de unos minutos también le dio una sonora nalgada.

- Tu también te la ganaste, guapura - le susurro al oido para después empezarse a reír.

- Están mis papás presente. - le dijo Ying señalando a Adán y Eva que estaban a unos centímetros mirando con confusión e incomodidad.

Jataka se quedó pasmado al ver qué, efectivamente, lo estaban viendo. Y no solo ellos,sino Hermes,Afrodita y Hefesto (los dos últimos ya estaban acostumbrados a estás actitudes entre ellos) pero a pesar de ello,se puso rojo de la vergüenza y corrió a esconderse atrás de Adamás.

De paso, Ying le regreso la nalgada y el pelirrojo también, sonriéndole pícaros, incluso Adamás le susurro que "se desquitaria por eso más tarde"

Adán y Eva no dijeron nada y solo se rieron,jamás pensaron que su pequeño Ying Ying tendría una confianza así con alguien más. Se notaba que eran muy buenos amigos (a pesar de que en algún momento durante la cena familiar el resto de sus hijos les comentario que Ying tenía un interés en otra persona, es decir,Jataka) quizás era fácil de malinterpretar su relación,pero no tenían nada de malo, eran tres simples chicos que se divertían

- Ying, hijo mío. - Adán se acercó mirándolo de arriba a abajo con los ojos llenos de lagrimas - Estoy tan orgulloso de ti, eres junto con tus hermanos la cosa que más trajo calma a mi vida, aliviaste mi corazón desesperado -

En ese momento Ying puso una cara triste y lo abrazo con fuerza mientras sentía como su madre se les unía y lloraba igual. Entendía que eran pocas las veces que su padre recordaba a sus dos hijos biológicos. Pero cuando lo hacía, su corazón se rompía fácilmente.

No importaba cuando tiempo pasará, un padre jamás dejaría de añorar a sus hijos ¿No?

Por eso siempre iba a estar agradecido de la oportunidad que le dio para ser una familia y reconstruirse con amor, paciencia u otras cosas bonitas.

Y por eso, para Adán, quien nunca a echo preferencias entre sus hijos,cuidándolos a todos con esmero,Ying Zheng era sobre todo su mayor orgullo, verlo le recordaba sus tiempos de juventud y podía sentir que vivía a través de el.

Eva pensaba igual. Ver a su niño de corazón dulce peleado y actuando con una seguridad brillante le recordaba mucho a su marido, en esos años en los que apenas eran novios y siempre iba a apoyarlo en sus peleas de boxeo.

Para ella, Ying era su tercer hijo, pero el primero que la saco de esa burbuja triste y dolorosa en la que se encerró a si misma gritando por perder a su hijos. Un niño que también sufrió y que cuando lo encontró fue capaz de ir sanando su roto corazón.

Que bello momento familiar,todos estaban enternecidos viéndolo, incluido Adamás. Por qué en algún punto de su vida realmente deseo tener algo así, sin embargo, siempre iban a ser el y su madre, quien apenas podía cuidarlo de todos los que lo lastimaron.

“Quizas en otra vida...”

......

- ¡¡VAMOS A CELEBRAR TREMEDA VICTORIA! - grito Jataka dando brinquitos mientras cargaba las cosas de Adamás - Yo invito las drogas y a las mujerzuelas... - dijo con un gesto malísioso mientras se reía como brujo.

- No no no no .. - intervino Hefesto al ver qué estaba totalmente descontrolado - Los tres si van a ir a celebrar,pero a su baile escolar. Y no está a discusión. - dijo mientras volteaba a ver a su esposa y luego regresaba la mirada con burla - ¿Que? ¿Creyeron que no sabía? -

Jataka, Ying y Adamás soltaron un grito pequeño para después correr a brazarse entre los tres con miedo.

- ¡Oh! ¡Entonces hice bien en traer tu traje hijo mío! ¡De seguro a tus hermanos les encantará saber que ganaste hoy! - dijo Eva mientras juntaba ambas manos y sonreía.

Ying aguanto la respiración al escuchar aquello. Mientras Adamas dirigió su mirada a Hermes espectante, esperando el también haberse safado del problema.

- Tu padre vio a tus hermanos preparando sus trajes,así que también ordeno uno para ti. - explico el pelinegro de ojos rojos con una sonrisa - Lo tengo en la limusina por qué pensé que irías con tus amigos.

Ying, Adamás y Jataka se miraron entre si al percatarse de las miradas que intercambiaban los adultos con silencioso acuerdo y complicidad.

- Mierda. - musitaron los tres resignadose.

.........

El baile iba ... Todo un total desastre, los murmurllos sobre Ying Zheng y Jataka estaban por todas partes,por la humillación, Perséfone se fue de inmediato echa una furia, deseosa de no volver a pisar ese horrible lugar otra vez. Un grupo de hermanos estaban sentados en una mesa conversando sobre lo mucho que a cambiado su hermano  y preguntándose los motivos sobre por qué no contestaba el celular, mientras eran escuchados en por sus parejas.

En cambio Hades estaba al otro lado de la mesa bebiendo sin cansancio. Importandole poco si su reputación o si su pareja lo a dejado para siempre. Solo estaba ahí, tranquilo, preguntándose cómo es que todo de repente le ha estado saliendo mal.

Quizás ya estaba muy ebrio, pero en ese momento la única explicación que encontro fue que era gracias a Ying Ying. Desde que el se alejo fue como si todo lo bueno se hubiera ido con el.

De repente, el chico que encontraba fastidioso, insistente y poco civilizado se volvió el chico más popular, el más tranquilo, fuerte, energético y capaz.

¿Era por qué practicar deporte le dio confianza? ¿Oh que demonios paso como para que esto se desarrollada así?. Encontró todo extraño, no eran cercanos,pero si lo conocía lo suficiente como para saber que ser popular y tener amigos era su mayor sueño. Tener la corona de hoy iba a asentar su posición ¿Por qué renunciar a eso?

- Ying Zheng....- hablo con voz adormilada mientras se tallaba los ojos y se servía otro trago - ¿Que estás planeando? - pregunto.

La respuesta era fácil. Pues a unos metros de la entrada del salón,un grupo de tres chicos atrajeados y muy bien vestidos,corrieron en dirección contraria a dónde los adultos los fueron a dejar,entre risas, juguetonas y empujones.

Pues les dieron indicaciones de ir al baile,pero ellos no iban a seguirlas,así que por cuenta propia. Fueron en dirección a cualquier otro lugar que no fuera la Universidad.