Boss. [JeanCarlo León]

Capítulo 18.

Mila.

—¿Y qué pasó?

—Nada más.

—A ver, me estás diciendo que estuvo en tu habitación en la madrugada, amaneció contigo, ¿y no pasó nada?

—Sip.

—Mily, eso ni siquiera tú lo crees, dame detalles.

—No voy a darte detalles.

—Tienes razón, sería asqueroso. Pero es imposible que no haya pasado nada.

—Sales en cinco, guapa —avisa Darío.

—Te dejo para que te vistas, te veo ahora.

Cuando ya estoy sola, camino hacia el pequeño armario y tomó el vestuario de ésta noche que es un corsé de pedrería junto a una minifalda del mismo material. Las zapatillas altas también son brillantes.

Aunque llevo el antifaz, arreglo el poco maquillaje que me he puesto junto a la peluca. Anuncian mi salida y escucho algunos aplausos del público y puedo salir cuando las luces se apagan dejando únicamente unas led azules.

Oye Pablo se escucha por cada rincón del club, en la parte más oscura del lugar alcanzo a ver a mis amigos quienes me saludan con la mano y correspondo con una sonrisa. Los socios de las primeras filas mantienen su mirada fija en mi y yo no puedo estar más satisfecha con la atención que recibo.

Mi coreografía termina y salgo cuando se han apagado las luces y regreso a mi vestidor.

—Mily, ¿puedo?

—Adelante —entra— ¿Qué pasa?

—Tienes un privado en la sala cuatro junto a Lena.

—En un momento voy.

Limpio un poco mi rostro y acomodo el antifaz antes de salir a la sala donde Lena ya me espera. Al entrar vemos a dos hombres sentados frente a la pequeña tarima.

Aunque a uno de ellos por supuesto que lo conozco.

Labios Mordidos es la canción que elegimos, al haberla hecho ya en una presentación anterior sabemos qué hacer y no se nos dificulta nada.

Cuando terminamos Lena se va con el otro hombre pero soy detenida por una voz detrás de mí.

—Así que sigues aquí.

—Sí, sigo aquí.

—¿Quieres tomar algo?

—Lo siento, le prometí a papá que llegaría temprano.

—Yo también voy a verlo, ¿te llevo?

—Claro, dame unos minutos.

—Toma tu tiempo, estaré en la barra.

Cada quien toma su camino y yo voy de nuevo al vestidor a cambiarme y quitarme el maquillaje. Salgo pero en lugar de ir a la barra voy con los chicos que me abrazan cuando me ven.

—Estuviste increíble, amiga —halaga Darían cuando me siento.

—¿Les gustó?

—Nos encantó.

—Creí que Mae iba a venir con ustedes.

—No, la invitamos pero dijo que iría con Jean a algún lugar.

—Oh, sí, algo mencionó.

—¿Cómo vas con él, por cierto?

—¿Estás quedando con él?