Capítulo 17.

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Mila.

—Papá, llegué.

—Que bueno, mi niña, ¿cómo te fue?

—Muy bien, pa'.

—¿Sólo así?

—Sí, fuimos a comer y lo acompañe a la empresa.

Ajá, la empresa.

—Héctor está aquí, ¿quieres que salgamos a cenar o pedimos algo aquí?

—Salgamos, voy a arreglarme y bajo.

Me acerco para recibir el beso que deja en mi frente y voy hacia mi habitación, pero me detengo a mitad del camino cuando siento mi móvil vibrar.

—Mila.

Desvío mi atención a él, de pie en la puerta de mi dormitorio mirándome fijamente.

—¿Si?

—¿Entonces es él?

—Ya no podemos seguir con esto, Héctor.

—¿Por qué no? ¿Lo quieres?

—Estoy intentando tener algo con Jean, no quiero arruinarlo con nuestros encuentros.

—Pero si desde que regrese no ha pasado nada entre nosotros.

—Y así tiene que seguir, tenemos que dejar de vernos.

—No creo que sea necesario.

—Sí, si es necesario. Ahora estoy con jean y le debo un respeto por lo que estamos intentando, no pienso fallarle, y mucho menos ahora que estamos comenzando.

—¿Estás segura?

—Estoy segura, mientras siga con él, entre nosotros ya no pasará nada.

—Muy bien, preciosa, me ha quedado claro.

—Tampoco quiero que tengamos problemas o que sea incómodo cuando estemos juntos, sobre todo con mi papá.

—Tranquila, nadie sabe de lo que teníamos y nadie lo sabrá.

Abre sus brazos para mi y me rodea en un abrazo pero maldigo cuando veo mi móvil en mano con la llamada en curso.

Llamada de Jean.

—Papá quiere que salgamos a cenar, tengo que arreglarme.

—Bien, te esperamos abajo.

Cuando ya estoy encerrada en la habitación me llevo el celular al oído y hablo después de unos segundos.

—¿Jean?

Mi voz es baja pero me escucha claramente.

—No sabía que te gustaban los hombres tan mayores.

Lejos de estar molesto, su tono de voz me confirma que se ha divertido con la conversación que tuve con Wallace hace apenas unos minutos. Aún así me hace soltar un suspiro de alivio.

Boss. [JeanCarlo León]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora