PERCY JACKSON: EL ÁNGEL CAÍDO

Tan claros como...|Parte 2|

Pov's Nico;...

Asentí levemente, dudoso. Es cierto que yo había ido a buscarlo para hablar, pero hubo algo en su tono de voz que sonaba fuera de lo normal.

Caminamos a paso lento por los pasillos de la embarcación, en silencio, hasta llegar a una parte de la embarcación, en donde, las luces estaban apagadas dejando que solo la luz que provenía de la ventana iluminara el lugar, lo que era suficiente para ver algo. Había unas escaleras de metal, que me recordaron vagamente a aquellas escaleras de incendios que solían estar en su departamento, estas conducían hacia a la cubierta. Me senté al principio de esta mientras el se sentaba en el segundo peldaño de la misma quedando ambos sumidos en un silencio. Había decidido fijar mi vista en una ventana que estaba cerca viendo a través de ella las miles y miles de estrellas que decoraban el cielo y al mar que parecía estar bastante calmo con diminutas olas en el.

-Lo siento- Soltó de repente haciendo que aparte mi vista de aquel paisaje y la posará en él. Él estaba jugando distraídamente con sus dedos, apoyando su espalda en el barandal de la escalera- Creo que me he comportado demasiado idiota con ustedes estas semanas- Explicó el sin quitar la vista de su juego de dedos.

-¿Crees?- Le cuestione mientras recordaba las cosas que pasaron hace dos semanas y el nuevo fanatismo de Jackson por estar en su cama.

Soltó un suspiro pesado- Se que me he comportado demasiado idiota con ustedes- Se corrigió él.

-Te tardaste un poco en notarlo ¿No?- Dije cuestionándolo y el frunció un poco el ceño, pero lo volvió a suavizar casi al instante.

-Lo siento- Repitió- De verdad lo siento- Dijo con franqueza y sabía que lo decía en serio, pero confiar en Jackson era difícil. Siempre lo había sido.

-¿Cuánto durará eso?- Le pregunté y el volteó a verme, dejando sus dedos de lado.

-¿De qué hablas?- Me pregunto confundido y suspire.

-¿Cuánto durará esa disculpa?¿Una hora, dos,?¿Seis, quizás?- Le pregunté y el pareció darse cuenta de a donde quería llegar con eso.

-Nico creo que podemos arreglarlo- Me respondió él y yo sonreí irónicamente.

-Tu crees en muchas cosas- Afirmé mientras me paraba de aquella escalera y comenzaba a subir por ella.

-¿A dónde vas?-Me pregunto mientras se paraba para seguirme.

-A un lugar donde no haya tantos creyentes- Le contesté subiendo más rápido.

-Nico, por favor, espera- Escuché como subía detrás de mi, pero no me detuve hasta que llegue a la cubierta y el viento invernal me golpeo- Esto es muy infantil- Murmuró cuando llegó a la cubierta.

-Infantil son tus cambios de humor- Le dije dándome la vuelta para ver su rostro, un deje de sorpresa lo golpeo, pero se recompuso casi al instante.

Estoy empezando a creer que tiene un serio problema con lo de ocultar sus emociones.

-¿No querías respuestas?- Inquirió él, desviando el tema de conversación y, haciendo que esta vez la sorpresa me golpee a mi.

-¿Me las darás o solo me darás más repuestas vacías?- Le pregunté desconfiado. No me había querido responder en semanas, pero de repente le dio por hacerlo.

-Te daré las repuestas a las preguntas que yo crea necesario responder- Contestó el firmemente y pose mis ojos en los de él -Te doy mi palabra- Dijo a modo de promesa, pero no le creí.

-¿Cómo puedo estar completamente seguro de que dirás la verdad?-Le cuestioné y él por alguna extraña razón sonrió- ¿Por qué sonríes?- Le pregunté y su sonrisa pareció crecer un poco más.