capítulo 23

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Raisa, Zéphiruz y Caelan estaban muy cerca de el centro delbosque, y Morloc estaba mucho mas visible para los tres.

Estaba de espaldas, y caminaba muy lentamente con la barita en mano, contemplando el portal y el árbol de leriz con mucha atención, como si quisiera atravesarlos con la mirada.

Raisa trataba de caminar lo más rápido que podía, sin hacer mucho ruido. No quería que el echizero la oyera aún, y aunque estaba muy lejos no podía evitar sentirse extremadamente nerviosa por lo que tenía que enfrentar. Estaba tan consiente de lo que pasaría si perdía contra Morlok, que el simple hecho de ver su delgada silueta recortada contra el orizonte le ponía la carne de gallina.

No podía tener miedo ahora, que estaba tan cerca de cumplir su promesa. Era hora de hacerle caso a su corazón, y dejar de lado las demás posibilidades.

Estaba tan perdida en sus pensamientos, que no se había dado cuenta de que Dunkel estaba apunto de embestirla de frente hasta que Caelan gritó

—¡Raisa! ¡cuidado!

La niña se paró en seco y miró al skiggnatt con frialdad.

—hija de Eva no tener que distraerse si ella derrotar al amo –se burló

Los tres se sorprendieron, porque la criatura estaba hablando su idioma, y aunque no lo hacía del todo bien, podían entenderle perfectamente.

—déjala en pas, criatura despreciable –le gritó Zéphiruz

Habían llegado demasiado lejos como para que un mensajero insignificante los detuviera estando tan cerca de regresar a su hogar.

—no vale la pena –le respondió Raisa muy ceria —bamos

—ustedes no moverse de donde están –ordenó Dunkel obstruyéndoles el paso con todo su cuerpo.

—yo lo distraigo. Tu tienes que llevarte a Raisa de aquí –le dijo Caelan a su hermano

—¿estás loco? ¡te hará pedazos! –le respondió susurrando

—si no se van, Morloc llegará al portal antes. No te preocupes por mi, tengo un plan

Zéphiruz suspiró resignado y miró a Raisa. Ella supo de inmediato lo que planeaba pero antes de que pudiera expresar su total inconformidad, Dunkel exclamó

—¿Por qué ustedes mirarse tanto? Dunkel está empezando a cansarse

Caelan vio la oportunidad perfecta. Antes de que Dunkel se diera cuenta, el se había abalansado sobre el y había logrado montarse en su lomo.

El hobbit logró arrancarle una de lasescamas, y con ella intentaba hayar un punto débil en su piel. Era muy gracioso verlos pelear, pero ni Raisa ni Zéphiruz se rieron.

No sabían si dejarlo o no, porque correría peligro. Pero ambos sabían que era la única forma; además, a el no le hubiera gustado que dudaran tanto de él.

—Raisa, es ahora o nunca - -le dijo Zéphiruz tomándola de la mano.

Y ambos salieron disparados en dirección contraria a Caelan.

El hobbit vio muy cerca las garras del skiggnatt, y comenzó a pensar que no había sido buena idea entregarse a lo que podría ser su final.

Y justo cuando una de sus piernas iva a ser arrancada por las fauces de la criatura, Caelan tubo la mas brillante idea que se le pudo haber ocurrido a un hobbit de su generación.

—¡espera! Tengo una pregunta para ti ¿por qué estamos peleando? –dijo el muy tembloroso

—porque el amo odiarte mucho. Tu no hacer preguntas tontas –respondió Dunkel

FAERI. LIBRO 1: UN VIAJE A LO DESCONOCIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora