Jazmín
El reloj marcaba las tres de la tarde cuando el taxi amarillo se detuvo frente al portón del colegio para buscarme.
Mientras el taxi se alejaba, me acomodé en el asiento, los vecindarios pasaban por la ventana en un borrón de colores y sonidos, pero mi mente estaba en otro lugar, reviviendo los últimos momentos con Morgan.
La preocupación de Morgan era evidente, incluso en su intento de disimular con una sonrisa, sabía perfectamente que cuando Morgan decide caminar es para aclarar sus pensamientos de algo que le afecta.
El conductor del taxi, un hombre mayor con una mirada amable, encendió la radio. Una melodía suave llenó el espacio, proporcionando un fondo reconfortante para mis pensamientos . "¿A dónde la llevo, señorita?" preguntó con cortesía.
"al vecindario forex, por favor," respondi, proporcionando la dirección. Mientras el taxi tomaba la ruta hacia el vecindario de mi abuela, no pude evitar seguir pensando en Morgan. Todavía seguía procesando que ella trabajaba para una organización secreta, una realidad que yo apenas podía comprender y que me llenaba de temor.
"¿Todo bien atrás?" preguntó el taxista, mirándome a través del espejo retrovisor.
Sí, todo bien, gracias," respondi, forzando una sonrisa. El taxista asintió y se concentró en la carretera.
Pasaron los minutos y finalmente llegue a la casa de mi abuela. El taxi se detuvo suavemente frente a la acogedora casa. El conductor, un hombre de edad avanzada con una sonrisa amable, se giró hacia mi mientras ponía la palanca en posición de parqueo.
"Ooh, ¿usted es familia de doña Chicha?" preguntó con una mezcla de sorpresa y respeto.
Confundida por un momento, respondi, "¿Disculpe?"
El taxista asintió con la cabeza hacia la casa. "Sí, doña Chicha. Ella es bastante conocida aquí en el pueblo por sus ricos sancochos. Dicen que tiene la receta más sabrosa de toda la región."
Una sonrisa se dibujó en mi rostro al escuchar eso. Era cierto, mi abuela era famosa por su sancocho, un plato que no solo alimentaba el cuerpo sino también el alma.
-"Sí, ella es mi abuela," dije con un brillo de orgullo en sus ojos.
"Bueno, entonces usted debe tener mucha suerte. No todos los días se come un sancocho como el de doña Chicha," comentó el taxista mientras le pagaba .
Asinti, agradecida por la calidez del hombre. "Gracias," dije antes de salir del taxi.
Me detuve frente a la puerta de la casa, un lugar que siempre había sido sinónimo de amor y seguridad. Con una mezcla de emoción y nostalgia, levante la mano para tocar el timbre, pero me detuve. Una melodiosa voz en la parte trasera de la casa,me hizo sonreír y cambiar de opinión.
Rodeé la casa, siguiendo el camino de piedras que llevaba al jardín, el santuario personal de mi abuela.
"Abuela, ¿estás aquí?" pregunté , con mi voz llena de cariño.
Al llegar al jardín, la encontre. estaba en el jardín, arrodillada entre sus flores, con las manos en la tierra. Ella levantó la vista, y como costumbre sus ojos se iluminaron al verme. "Ah, mi niña," dijo con una voz que llevaba el peso de la sabiduría y el amor. "que bueno que llegaste."
"Ven, ayúdame con estas semillas," dijo, rápidamente con una sonrisa . Juntas, comenzamos a trabajar en silencio, cavando pequeños hoyos y plantando las semillas prometedoras de coloridas flores.
Después de un rato, mi abuela rompió el silencio. "Jazmín, tu padre ya vino de su viaje?"
Con una sonrisa leve dije,- "creo que si , no lo sé."
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You Arrived
RomanceEl amor, esa fuerza que se manifiesta en las películas, libros y poemas, era para Morgan un fantasma, una sombra que nunca se materializaba. Pero cuando el amor finalmente llamó a su puerta, no vino solo; traía consigo un misterio oscuro y temible.