MORGANBajo las escaleras con el corazón latiendo aceleradamente, aún resonando en mi mente a la inesperada interrupción de Thiago. A medida que bajo, la voz de Thiago se filtra desde la cocina.
Al entrar en la cocina, el aroma de los panqueques recién hechos me golpea, una fragancia que despierta recuerdos de mañanas más simples. Esteban está allí, con un delantal atado a la cintura y una espátula en mano, en una danza fluida frente a la estufa.
-Esteban, dijiste que yo podía echarle el chocolate,' dice thiago con un pequeño puchero, recordándole a Esteban.
- Pensé que como tenían personas de servicio ustedes no cocinaban, -comente- sin poder evitar una nota de sorpresa en mi voz.
Esteban se da la vuelta con una gracia despreocupada, una ceja elevada en un gesto de desafío juguetón.
- ¿Cocinar? Solo cuando el resultado es tan bueno como yo,' dice con una sonrisa arrogante.
- Además, ¿quién puede resistirse a mis panqueques? Son casi tan irresistibles como yo.-Su mirada se cruza con la mía, un destello de diversión en sus ojos, saboreando la reacción que sus palabras provocan.
Thiago, con los ojos llenos de admiración hacia Esteban, asiente con entusiasmo.
- '¡Es cierto!' -exclama, su voz un pequeño eco de confianza.
Pero cuando se lleva un trozo de panqueque a la boca, su expresión cambia drásticamente. Sus cejas se fruncen y hace una mueca, el sabor claramente no es lo que esperaba.
- '¡Puaj! Está... está crudo,' dice, empujando el plato con una mezcla de desilusión y disgusto."
Con una sonrisa que apenas oculta mi diversión, comento con un tono juguetón.
-"¿Irresistibles, eh? Parece que no todos están de acuerdo."
Mi comentario flota en el aire, acompañado por la expresión desencantada del pequeño Thiago.
Esteban se vuelve hacia mi, su rostro una mezcla de molestia y vergüenza. La sorpresa de ser cuestionado en su propia cocina le hace fruncir el ceño, una sombra de descontento pasando por sus ojos. Antes de que pueda replicar, una voz suave interrumpe el tenso silencio.
-"Déjame ayudarlo, señor Wesley," dice una de las sirvientas con una sonrisa tranquilizadora, extendiendo sus manos hacia la sartén. Esteban se hace a un lado, permitiendo que la señora tome el mando.
Deslizo mi mano en mi bolsillo y saco mi teléfono con un suspiro silencioso. La pantalla cobra vida al toque de mi dedo, y mis ojos buscan rápidamente alguna señal de Jazmín. La ausencia de mensajes nuevos pesa en mi pecho; la preocupación por mi mejor amiga crece con cada segundo de silencio. Con un toque de determinación, decido enviarle un mensaje.
Morgan: "Me encuentro en la casa de Esteban, mejor tener cerca al enemigo que lejos no? " ¿Dónde estás tú?".
Segundos después deslizo mi dedo por la pantalla, iluminando el ícono de Instagram con un toque. Navego hasta el perfil de Jazmín, mi pulso se acelera con la anticipación de descubrir alguna nueva historia que revele su paradero o estado de ánimo. Pero al llegar, mi corazón se hunde un poco; no hay colores vibrantes que indiquen una historia reciente. La ausencia de actualizaciones solo intensifica lal preocupación que ya sentía.
Por segunda vez decido enviarle otro mensaje, diciendo:
Morgan :"¿Estás bien? Qué raro que no has subido una historia a Instagram".
Con un destello de alivio, noto el pequeño icono de ojo junto a mis mensajes, indicando que Jazmín los ha visto. Aunque no hay respuesta todavía, saber que ella está al menos al otro lado de la pantalla me brinda un consuelo momentáneo.
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You Arrived
Roman d'amourEl amor, esa fuerza que se manifiesta en las películas, libros y poemas, era para Morgan un fantasma, una sombra que nunca se materializaba. Pero cuando el amor finalmente llamó a su puerta, no vino solo; traía consigo un misterio oscuro y temible.