capitulo .17✨

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Esteban

Mateo se toma un momento, su mirada aún fija en Morgan. La atmósfera cargada en la sala parecía desvanecerse lentamente a medida que él recuperaba su compostura. Con una respiración profunda, sus hombros se relajaban con una expresión de burla la cuál se dibuja en su rostro.

"Morgan," comenzó Mateo, su voz ahora más calmada pero aún cargada de burla. "No, no mencionamos tu nombre, crees que eres tan importante como para hablar de ti?"

Los chicos observaron a Morgan y el silencio se extendió por la sala, todos pendientes a la respuesta de ella.

Morgan levantó la vista, encontrándose con la mirada desafiante de Mateo. Por un instante, el tiempo pareció detenerse, y en ese silencio, ella dijo.

"Quizás no," respondió con una sonrisa tranquila, "pero parece que mi presencia es suficiente para alterar esta sala. Y eso, Mateo, dice más de lo que tus palabras podrían expresar."

Un murmullo de asombro recorrió la sala. Morgan había dado en el blanco, y la expresión de Mateo cambió sutilmente. La tensión se disipó, y algunos de los chicos intercambiaron miradas, impresionados por la agudeza de Morgan.

Morgan nunca se quedaba callada y eso era claro, Pero lo que más me sorprendía era lo sexy que se veía.

Mateo giró su cabeza, su mirada ahora dirigida hacia mi, quien me mantenía en un rincón de la sala, observando la escena con atención.

Con un tono que mezclaba incredulidad y desdén, Mateo lanzó su pregunta al aire.

"Esteban," dijo con una voz que resonó en el silencio, "¿qué hace esta loca en tu casa?"

Yo, con una calma que contrastaba con la tensión de la sala, respondi sin vacilar. "Ella cuida a mi hermano," dije simplemente, mi mirada fija en Mateo.

Mateo soltó una carcajada burlona, y con una sonrisa sarcástica miro a Morgan y dijo, "¿Tu padre trabaja en un supermercado, no es así?"

-Sí, ¿algún problema con eso?"- Morgan le respondió rápidamente, sin darle tiempo a que el silencio se asentara.

-Es que con razón eres una zorra, que está detrás de un chico rico-dice Mateo mientras la mira fijamente.

Miré a Morgan, cuyos ojos se encontraban al borde de las lágrimas, y algo inesperado sucedió. Una punzada de incomodidad me atravesó, un sentimiento desconocido que me tomó por sorpresa. El desdén con el que Mateo trataba a Morgan me generaba una rabia que no podía identificar.

"Ya basta, Mateo," dije, interrumpiéndolo con una firmeza que resonó en la sala.

Al escuchar mis palabras, él me miró con una mezcla de sorpresa y desafío. "¿Por qué la defiendes? ¿Es otra de tus perras?" preguntó con un tono que insinuaba algo más que simple curiosidad.

Su pregunta me tomó por sorpresa, no solo por la insinuación, sino porque revelaba una faceta de Mateo que no había considerado. Me quedé en silencio por un momento, pensando mis palabras cuidadosamente.

"No," respondí finalmente, "no es una de 'mis perras', como dices. Pero tampoco es alguien a quien permitiré que humilles en mi presencia.

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