El amor, esa fuerza que se manifiesta en las películas, libros y poemas, era para Morgan un fantasma, una sombra que nunca se materializaba. Pero cuando el amor finalmente llamó a su puerta, no vino solo; traía consigo un misterio oscuro y temible.
El amor, esa entidad etérea que vemos en películas y leemos en libros, se desliza a través de hermosos poemas de poetas inmortales. Pero en la realidad, su presencia es casi espectral, difícil de apreciar, más aún de transmitir. Yo, una sombra entre la multitud, siempre he sido incapaz de expresar las formas del amor. Mi vida ha transcurrido en un eterno desdén hacia mis propios sentimientos, ignorando mis emociones como si fueran susurros de un idioma olvidado. Para mí, eso era lo normal... hasta que él apareció, como un misterio sin resolver, irrumpiendo en mi existencia con la fuerza de un vendaval, sin previo aviso, alterando mi mundo y desafiando todo lo que alguna vez consideré normal.