Solo una vez || Riverduccion

Samantha

The other woman (Lana del Rey)
The other woman
Is perfect where her rival fails
And she's never seen with pin curls
In her hair, anywhere

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8:08 AM.

Caminé por los pasillos del aeropuerto mientras lo buscaba por la mirada, mis ojeras de no poder dormir por una semana entera estaban cubiertas por un par de lentes oscuros que no me dejaban ver bien.

Relamí mis labios llenos de mordidas ansiosas y revisé mi celular, un mensaje de Félix.

"Espera"

Bien. Llevaba así aproximadamente una hora, me frustraba no tenerlo cerca.

No respondí, me crucé de brazos y esperé a que bajara por las escaleras, perdí mi mirada en el suelo tratando de distraerme tarareando una canción cero agradable en la mente.

Cerré los ojos tratando de caer de culo al piso, muriendo de sueño discretamente.

Un par de brazos me envolvieron unos segundos después, me sobre salté y abrí los ojos para envolver su cintura, apoyé mi mentón sobre su abdomen y sonreí—Hola. Dije con un tono suave y lleno de picardía, aquel besó mi frente, algo me decía que el tampoco había dormido, se veía cansado, estúpidamente cansado.

—Tengo sueño, ¿Podemos ir a mi departamento? Asentí mientras me perdía en su mirada cansada.

Me alejé un poco y aquel me agarró de la mano dando un apretón firme que me sacudió.

Sonreí, casi iba dando saltitos.

Lo había extrañado demasiado, me volvía loca no tenerlo cerca mío, necesitaba dormir en sus brazos un día entero, me daba igual que pasara a mi alrededor. Su vibra desanimada y sin muchas ganas de hacer nada me relajó, el estaba cansado, tenía que entenderlo.

No podía ser tan injusta y querer abalanzarme sobre el para montarlo como loca. Ambos lo necesitábamos, debería ser difícil para él hacerlo prácticamente todos los días conmigo y después no hacerlo por una semana entera.

No me molestaba mucho no tener sexo, pero extrañaba la linda sensación de su cuerpo contra el mío.

Al salir del aeropuerto me dirigí hacia el para darle las llaves del auto pero negó con la cabeza—No dormí en todo el vuelo, no creo que quieras que nos estrellemos. Dijo de mala gana—Bien. Murmuré, me mordí la parte interior de la mejilla y caminé ágilmente al convertible.

Subí y lo vi rodear el auto, se sentó a mi lado y aventó para atrás sus cosas.

Presione mis labios y aferré mis manos al volante, despegué mi mirada de él un par de segundos, después hablé —: ¿Puedes darme aunque sea un beso? Pregunté irritada tratando de romper el hielo que se creo entre ambos de un momento a otro.

¿Qué mierda le pasaba?

Al no escuchar ni sentir alguna respuesta me gire hacia el y lo vi plenamente dormido. Estaba siendo egoísta.

No tenía que pensar solo en mí, debería de pensar en los demás.

Salí del estacionamiento, el edificio de Félix estaba a unos diez minutos del aeropuerto, no tardaría mucho en llegar.

Buscó mi mano discretamente y cuando recorrió toda la parte izquierda de mi cuerpo para alcanzarla llegó al volante, bajé mi mano y aquel le dio un apretón.

—Perdón. Murmuró, voltee por un segundo a verlo, aquel mantenía los ojos cerrados pero ahora su cabeza estaba volteada hacia mi.

—¿Por qué? Pregunté, aceleré la velocidad.