Capítulo 11: 'Florián Gólubev'

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Mi tía Dolfi rodeando con sus piernas a Héctor, padre de Edu.

-¡PAPÁ!- gritó Edu echándose las manos a la cabeza.

-¿¡Se puede saber cómo eres tan puta!?- le grité yo a mi tía.

Lo más gracioso es que me mandó a cerrar la puerta pero Edu entró y empujó a su padre contra la pared. Frente de hijo contra la frente de su padre, oí como entre los dientes le decía Edu:

-Eres un cabronazo ¿¡te enteras?!-

El padre sonreía, se ve que sí, es un cabronazo.

-Primero el conserje, ahora Héctor... ¡¿Ahora piensas follar lo que no has follado en toda tu asquerosa vida?!- le dije a mi tía tirándole las bragas para que se las pusiera.

Edu soltó a su padre y salió de allí como si de un fantasma se fuese, pálido y silencioso.

Salí tras él y llegamos hasta un parque, se sentó en un banco con las manos en la frente.

-¿Por qué?- preguntó al aire.

Ya que el aire no le respondería lo hice yo:

-¿A qué te refieres?-

Me miró a los ojos y siguió.

-¿Por qué tengo que sufrir esto?-

Suponía que 'esto' sería a su padre putero y a su madre que aparece y desaparece.

-Mira Edu, nadie tiene lo que se merece. Lo importante e increíble es que a pesar de la mierda familia que tienes eres una de las mejores personas, que no te afecte- intenté consolarlo pero se me tiró a los brazos mientras me abrazaba, mi camiseta se humedecía con las lágrimas de aquel chico, pero no me importaba, ya que le devolví el abrazo.

"Y es verdad, cada uno tiene un castigo al que debe pagar. Ese castigo dura un tiempo y que marca, o que dura toda la vida. Aprender a convivir con él o ser uno de ellos, de eso trata más o menos tener una condena"

Se separó de mí, se secó las lágrimas y me dijo:

-¿Podemos dar un paseo y puedo hablar contigo?-

No sabía que responder. Hablar se puede, y de muchas cosas.

-Oh, sí claro- respondí tras segundos de silencio.

Nos pusimos a andar y llegamos hasta un bar con terraza. Nos sentamos en una mesa y tras pedir lo suyo y yo lo mío me empezó a contar.

-Cuando yo tenía 5 años fue cuando nos tuvimos que mudar, ya que mis padres ya no eran lo que eran. Mi padre le pidió el divorcio a mi madre porque decía que quería vivir un poco más como soltero, y mi madre aceptó. Años después mi padre le pide a mi madre de volver y ella le dice que la vida que lleva ahora ella de soltera es mejor, que tiene que pensárselo. Mientras tanto yo estoy de por medio sin pinchar ni cortar, simplemente ando entre la vida de los dos y procuran que no me pase nada para que no vayan a la cárcel, así de egoístas son mis padres-

Me había contado por encima pero nunca se metió tanto. Pegó un trago de la bebida que le sirvieron segundos antes y siguió contando.

-Una vez empezado el instituto empecé a juntarme con Becky y me iba de fiesta con ella, conociendo también a un montón de chicos. Una noche iba borracho y me desperté en calzoncillos con Becky al lado y ella solamente llevaba las bragas. Por eso piensa que nos acostamos pero no es así. Me di cuenta de que la vida que estaba llevando a mis padres se la pelaba, así que decidí seguir estudiando-

Miré como mareaba más y más la bebida, estaba realmente nervioso.

-Bueno... ¿me cuentas tú algo?- me invitó a hablar.

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