Capítulo 12: 'Fuera de mi puta casa'

31 2 0
                                    

Estiré el brazo tembloroso porque estaba nerviosa y la cogí. Miré a Edu por si me quería decir algo, pero solamente me devolvió la mirada. La desdoblé y en ella leí entre letras de tinta color azul:

'Para Leila:

Nos hemos fugado de escapada romántica Héctor y yo ya que no dejáis fluir nuestro amor. No intentéis buscarnos, ni contactar con nosotros. En la nevera tenéis comida, apañaros con lo que haya.

Adiós. Dolfi.

PD: Han llamado tus padres, les he dicho todo lo que has hecho. Te la vas a ganar, guapa.'

Tire el trozo de papel al suelo. "La madre que parió a la amargada" pensé mientras pisoteaba la nota.

-¿Qué ponía?- me preguntó Edu cogiéndome del brazo para que parase de darle patadas a aquel trozo de papel que era más útil que mi tía.

-Que tú y yo somos familia, exactamente primos- y le di una palmadita en el pecho y subí a mi habitación.

¿Os imagináis que el padre putero del chico que te gusta se lía con la puta amargada de la tía que más asco tenéis? Yo tampoco, no me lo podía creer. Ahora que me doy cuenta, he resumido bien mi situación.

Puse la música suavemente y me acosté al lado de mi gato, ya que era agradable al tacto y siempre que no estaba bien me ponía a su lado. Almohada en los ojos, dejándome ciega; música, alejándome de la sociedad y Chiri, haciendo la compañía que necesitaba. Demasiado estrés para mí, quería desaparecer un poco.

De repente la luz entraba por mis retinas, era Edu, me quitó la almohada.

-¡Oye!- grité, pero me quitó los cascos.

-¿Eres consciente de que se han fugado tu tía y mi padre?- me dijo agitando la carta y muy cabreado.

-¿Eres consciente de que estaba escuchando un temazo?- vacilé, ya que en momentos desesperados, yo decía y digo imbecilidades desesperantes.

-Leila, ¿Qué hacemos?-

-¿Que qué hacemos? ¡Aprovechar! Estamos solos, tenemos dos casas con neveras llenas y toda la libertad del mundo-dije entusiasmada levantándome de allí. Dos adolescentes con toda la libertad que podría desear cualquiera.

El móvil empezó a sonar, y pude leer en la pantalla 'Papá'. Estaba perdida.

-¿Sí?- contesté haciéndome la loca.

-He hablado con tía Dolfi- informó cabreado.

-Querrás decir: 'Tía Nicotina'- respondí y eché a reír.

-Es tu tía, no hables así de ella- mi padre tampoco la soportaba, pero tenía que educarme- Me ha dicho que la tratas mal y que no le dejas hacer su vida con su nuevo novio, que vuelves borracha y que cree que te estás acostando con muchos chicos. ¿Qué has hecho?-

¡Aquello era impresionante! Lo único que había hecho era emborracharme y encima no vuelvo a esa casa porque sinceramente con una mujer como esa en tu casa ¿irías?

-Vaya, que bien se le da hacer cuentos. Dile que se haga escritora- vacilé de nuevo.

-¡Leila!- me gritó al otro lado de la línea mi padre.

-¿¡Qué!? ¡Todo es mentira, papá! ¿Te ha contado que se ha acostado con el conserje y con el padre de mi- hice una leve pausa. ¡Iba a decir mi novio!- amigo?

Quedó callado porque no lo sabía pero no duró mucho el silencio.

-Me da igual lo que haga, es una mujer adulta-

 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora