Capítulo 16: 'Llevar cuidado con las escaleras'

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-Vale-

No tenía un porqué no, al contrario, tenía 1.250 razones para ir.

-Perfecto, te recojo a las 9. Hasta luego gatita-

Colgó rápido. Creo que lo hizo con tanta agilidad para que yo no pudiese cambiar de idea ni gritarle por lo de gatita.

Me entra la curiosidad de ver cuánto tiempo tengo para arreglarme. 20:16.

El tiempo pasaba más rápido cada vez que me quería dar cuenta. Seguramente la próxima vez que mire la hora tendría 30 años y 2 hijos.

Becky me preguntó tras guardar el móvil en mi bolsillo:

-¿Quién era?-

-Abel, que si voy a ir a la fiesta-

-Ah sí, a esa también iba yo. ¿No ibas a venir?-

Vaya, era sorprendente, ella ya contaba con que yo iba a ir a la juerga, ya estaba empezando a formar parte de su vida.

Cuando iba a contestar me interrumpe Filis.

-Bueno chicas, voy a mi casa. Nos vemos en la fiesta-

Con un movimiento de mano se despide mientras sonreía, pero antes me dijo:

-Tranquila Leila, hiciste lo correcto disparando, y una buena puntería-

Le devolví la mirada, pero como no quería hablar de ese tema sonreí falsamente. Una sonrisa de mentira puede salvarme de conversaciones incómodas.

Monté en el coche muy rápida para no darme tiempo a reflexionar más la situación.

Becky se sienta en su lugar, arranca el coche, conduce unos segundos callada, pero estropea el precioso silencio diciendo:

-Vístete guapa, hoy hay que celebrarlo-

¿Celebrar el qué? ¿Qué hemos hecho daño a una persona? ¿Qué hemos conseguido dinero sucio? Bueno, dinero era. Y el dinero sucio o limpio nos gusta a todos.

La miro con duda, ella simplemente sonreía al frente esperando a que le preguntase.

-¿Celebrar el qué?- pregunté. Tenía muchas dudas y ella ganas de dar la respuesta.

-Has perdido tu 'virginidad' de la pistola- me contestó soltando una carcajada corta e irritante.

-Vaya gilipollez- pensé y dije a la vez levantando la parte izquierda del labio en señal de asco.

-Venga, para celebrarlo te invito a lo que quieras- intentó animarme para quitarme aquella espantosa cara que tuve que poner.

Me acomodé en mi asiento y me callé. Pero de repente me vino una cosa a la cabeza, ganar dinero me gustaba, y más con esas cantidades y eso no era bueno.

-Becky... creo que deberíamos dejar de hacer 'esto'-

Hizo un movimiento rápido de cabeza: me miró y devolvió la mirada a la carretera. Tras reflexionar su cara tenía pinta de que aquella reacción mía no le gustara.

-Respecto a 'esto'... ¿te refieres a trabajar para Florián?-

-Sí Becky, sí-

Hizo una sonrisa boba, tonta, una sonrisa rara... y me contestó con tono burlesco:

-No podemos Leila. Ahora somos de Florián, además piénsalo: dinero fácil-

Apreté la mandíbula con fuerza porque, joder, tenía razón. Éramos de Florián, no podíamos huir de él, era capaz de buscarnos y con un arma agujerearnos el cráneo sino terminábamos lo nuestro, bueno, lo de Marc.

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