Capítulo 15: 'Balazo'

33 3 0
                                    

Pelo rizado pelirrojo, chupa negra de cuero, pitillos negros muy pegados, guantes negros que resaltaban en su blanca y casi tranparente piel, pecas en toda la cara, cuerpo esquelético... pero por fin pude ver su rostro con claridad: ojos marrones claros pequeños, nariz pequeña, mentón cuadrado... Filis.

-Hola cosita guapa- me saluda tras levantar la cabeza y reconocerme en la oscuridad.

-¿Ya os conocéis?- pregunta Florián señalando a él y a mí mientras nos miraba a los dos.

Asiento la cabeza porque no quería hablar. Este mundo es un pañuelo sí, lo sé, pero no es motivo para que tenga que meterme en la mierda del pañuelo.

Se me acerca tranquilo y poco a poco pude observar que era muy alto. Con la mano derecha me toma mi hombro izquierdo. Me alejo con asco sin dejar de mirarle. Aquel chico tenía una doble vida, pero solo me estaba demostrando la parte mala.

Puso las manos detrás de la espalda, se inclinó hacia mi oreja sin yo evitarlo y me susurró:

-Estamos juntos en esto a partir de ahora bonita-

Miré hacia arriba, un calambre recorrió mi columna provocando que mi piel se erizara de arriba a abajo.

Todos ignoramos la existencia de Becky hasta que se hizo con unas palabras.

-¿Nos vamos ya?- las escupió más que decirlas.

No dejé de mirar a Filis, aquel chico era en realidad un macarra.

Salimos los tres de allí para empezar a hacer lo nuestro de una maldita vez. Encima que todo esto iba a ser largo no quería alargarlo más.

Las chicas nos dirigíamos al coche de dónde veníamos, pero la voz de Filis nos detuvo.

-¿A dónde van las damiselas?- nos preguntó mientras reía y con los brazos extendidos.

No entendíamos nada, pero decidimos no responder. Ya habíamos hecho suficiente el ridículo, o eso pensamos.

Metió las manos en el bolsillo y un sonido de metales chocándose sonaba de allí. No aparté la vista de allí por si sacaba un arma y nos disparaba en las frentes.

Unas llaves salieron de allí como un conejo de la chistera de un mago, y encima hacía los mismos gestos que un ilusionista tras hace un buen truco.

-Conduzco yo- informa mientras marea las llaves agitándolas como si fuera un sonajero.

Nos miramos Becky y yo a los ojos e hicimos un movimiento de hombros de que nos daba igual. Teníamos que ir los 3 juntos y entre que yo no sabía conducir y Becky ya había conducido lo suficiente pues... probar un nuevo coche con nuevo chófer no era mala idea.

Seguimos a Filis como patos a su mamá. Nos llevó entre callejones a otro lugar de donde yo no lo conocía. Todo lleno de mansiones de mínimo 2 plantas, jardines más verdes que mis ojos, piscinas más azules que el mismo cielo que nos cubría y con falsa gente. Falsa gente que nos sonreía con sonrisas mentirosas mientras agitaban las manos saludando. Era todo lo contrario de dónde veníamos. Se veía bien quienes eran los ganadores en estas fechorías y quienes los afectados.

Mis ojos estaban de lado a lado observando el otro lado de todos estos asuntos, me guiaba a base del ruido de las llaves de Filis.

Nos pidió que parásemos frente a una gran casa como las que había por alrededor.

Una gran puerta metálica blanca de la casa se abrió lentamente. De allí salió Filis en un coche deportivo plateado bastante impresionante. Se paró frente a nosotras y con los ojos tan abiertos como la boca preguntamos:

 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora