Saber que pude verte
pude tenerte en frente.
Saber que pude hablarte
o incluso hasta ignorarte.
Saber de aquella historia
creada en mi memoria
del momento en que nos vimos
hasta el que un fin le pusimos.
Vos tan libre como el aire
y deseando encerrarte.
Yo buscando aquí la llave
para salir a buscarte.
En la jaula del palacio
custodiada por las aves
esas que se van y vienen
y que ayudan como pueden.
El pecado de emociones
que no me puedo arrancar.
El pecado del silencio
que me impide continuar.
El pecado de perderte
o no querer en ti confiar.
El pecado de arriesgarme
y que me vuelvas a fallar.
El pecado de intentarlo
aunque me puedas lastimar.