CatherineNada es perfecto, todo tiene su lado imperfecto, hasta la rosa más bella que con sus espinas puedes encontrar sus imperfecciones.
Así es la vida, cuando piensas que tu vida empieza a tener algo de color llega una nueva razón para volver a hacerte caer en la oscuridad. Dónde los colores son inexistentes y las sonrisas son nulas en tu mundo.
Las sirvientas terminaban de ajustarme el vestido que mi padre había elegido que usará está noche para una cena donde los padres de Adam y él estarían presentes.
Sería hoy la noche donde Adam pediría mi mano a mi padre, la noche donde todo comenzaría, las planificaciones de la boda empezarían al igual que tendría que ir dejando poco a poco este palacio.
Este debería de ser un día grandioso, quizás para otras princesas este día pueda significar la razón de su existencia, pero para mí...
Es como firmar una sentencia donde nunca podré ser completamente feliz, porque por un lado dejaré de ser golpeada por mi padre pero por otra tendré que unir mi vida a un hombre al que no amo.
Porque el hombre que tiene mi corazón nunca podrá estar a mi lado ya que la sociedad siempre lo ha impuesto así.
Si fuera por mi ya estaría casada con David, en una pequeña cabaña viviendo como cualquier persona del pueblo. Sin riquezas y con una plena felicidad.
Pero en la vida no todo se puede.
Adam y yo teníamos claro que nunca nos podríamos llegar a amar, porque sería como forzar nuestro corazón a algo que no podría pasar. Pero aún así seguía doliendo el hecho de que tendría un matrimonio forzado solo para unir dos naciones que en unos años acompañaría a Adam para gobernar.
Una mujer termino de maquillarme ocultando el último moretón que quedaba sobre mi mejilla casi al alcance de mi párpado.
Todas las sirvientas me acompañaron hasta la parte del comedor principal donde los reyes y Adam me esperaban sentados en la mesa, mi padre estaba en la cabecera mientras los padres de Adam a su derecha y él a su izquierda.
En cuanto llegue todos se pusieron en pie para hacer una reverencia en forma de saludo la cual les regrese con una sonrisa fingida en el rostro.
–Un placer volver a verte querida– dice la señora Odette con un asentimiento de cabeza.
–Digo lo mismo– le di una pequeña sonrisa.
Las sirvientas comenzaron a poner los platos de comida en la mesa frente a nosotros, nos servían un poco de vino en nuestras copas, la plática se reducía entre Odette, Enrique, mi padre y solo en ocasiones nos incuian a mi y a Adam.
Las risas resonaban en toda la habitación, todo era un teatro que se hacía para quedar bien unas personas con las otras.
Hasta que la plática y risas cesaron por parte de todos los presentes, la mirada de Odette hacia Adam se había vuelto una más autoritaria donde hacía leves movimientos de cabeza y ojos indicando lo que debería de comenzar una vez que los platos fueran retirados de la mesa.
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La promesa del amor (Completa ✔️)
RomanceÉl brillaba con la intensidad del sol en su sonrisa, iluminando incluso la flor más marchita con su alegría contagiosa. Mientras tanto, ella se deslizaba en la penumbra como la noche, emergiendo con la misma delicadeza que la luna. A pesar de ser co...