David
Cuando en la vida realmente deseas algo, tarde o temprano lo tendrás a tu lado y te sentirás la persona más afortunada en obtener lo que por noches le pediste al cielo tener algún día.Hoy, por fin podía decir que yo lo tenía todo, porque mi novia es la mujer más bella que pudo pisar este mundo y no solo estoy hablando de su belleza exterior sino también de la interior.
Porque a pesar de formar parte de la realeza no se comporta como las demás personas, haciendo menos a los que no son de su misma clase social, no, ella es diferente.
Ella va cada noche que puede al pueblo para leer sus historias a los niños, les enseño a leer un poco y sobre todo, se enamoró de mi, un guardia.
En definitiva, ella es perfecta para mí.
–¡David!– escuché el grito detrás de mi, al girar sobre mis zapatos pude ver el rostro de Brenda, la nana de mi princesa– muchacho detente.
Evite a toda costa soltar alguna risa al ver cómo ella corría, sus mejillas se habían enrojecido y cuando llegó a mi lado tuvo que esperar unos segundos para volver a tener aire dentro de ella.
–¿Qué sucede Brenda?– cruce los brazos por encima de mi pecho, una media sonrisa se había formado en mis labios.
Aunque ahora que lo pienso, desde ayer que mi princesa acepto ser mi novia la sonrisa no había abandonado mi rostro.
Y es que solo ella me podía hacer sentir todas las emociones, incluso las que no pensé que existieran.
–Te lo diré con sus propias palabras– su postura cambio a una recta, al igual que su rostro a uno más serio– tu princesa no podrá verte esta noches porque tiene algunos asuntos que resolver.
–¿Se puede saber que asuntos son?– enarque una ceja al igual que ladeaba la cabeza.
–Debe...– dudo antes de decirme la respuesta, pero su tono de voz había cambiado a uno más triste– organizar los preparativos de su boda.
Lo había olvidado, porque a pesar de que ella fuera mi novia no se podría negar a esa boda que tendría con Adam.
Pero debo confiar en ella, se lo prometí a Adam y las promesas nunca se deben de romper.
–Entonces dile a mi princesa que mañana la veré.
–Es que mañana tampoco podrá– sus ojos comenzaban a bailar por todo el lugar, se notaba su nerviosismo, como si estuviera tratando de ocultar algo– ella te verá el fin de semana.
–¿Por qué presiento que me ocultas algo?– mis manos se posaron en sus hombros, lo cual aumento su nerviosismo– ¿Mi princesa está bien?
Mi pregunta la había sorprendido por la manera en que sus ojos se engrandecieron, su respiración se había acelerado y movía su cuerpo tratando de esquivarme.
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La promesa del amor (Completa ✔️)
RomanceÉl brillaba con la intensidad del sol en su sonrisa, iluminando incluso la flor más marchita con su alegría contagiosa. Mientras tanto, ella se deslizaba en la penumbra como la noche, emergiendo con la misma delicadeza que la luna. A pesar de ser co...