Capitulo 08

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David

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David

Al llegar a mi casa tome un bolso de mi armario para así poner algo de ropa y comida en él, trate de acomodar todo a la perfección para que todo cupiera.

Estaré junto a mi princesa así ella no quiera, porque se que ella necesita de alguien y ese alguien quiero ser yo, así podré curar su corazón si es que está herido.

Haré que quiera mi compañía así como yo quiero la suya, quizás y algún día pueda verme aunque sea como un amigo, con eso yo estaría más que conforme.

–¿A dónde vas rastrero?– pregunto Sabine desde el umbral de mi puerta.

–No es asunto tuyo– volte a verla arrepentido de haberle respondido así y fue cuando le sonreí como un niño pequeño y puse mis ojos más tiernos– ¿Me puedes prestar dos vestidos que le queden a la princesa?

Sabine sabía perfectamente que llevaba tiempo acompañando a mi princesa al pueblo, al igual que durante algunas noches me la pasaba platicando con ella y que vimos un amanecer juntos.

Es mi hermana, ella más que nadie sabe de lo mucho que amo a mi princesa aunque sea un amor imposible y de la forma en que la conocí.

Ella rodó los ojos antes de salir de mi campo de visión, aunque solo en cuestión de minutos regreso con dos prendas entre sus manos dejándolas sobre mi cama al igual que unos pares de zapatos muy diferentes a los que mi princesa está acostumbrada a usar.

Pero al menos podría descansar de ese enorme vestido que usaba cuando la dejé en el bosque.

Primero me asegure de vigilar muy bien a dónde iba, hasta que entró en la cabaña donde por las noches íbamos por el caballo para irnos al pueblo juntos.

–Estos son mis mejores zapatos y vestidos, cuídalos con tu vida o tendrás que comprarme unos nuevos.

_Te quiero hermanita– bese su mejilla antes de guardar las prendas en el bolso– cuida a mamá, yo volveré pronto.

–Lo que hace tu amor por su majestad– salió de mi habitación.

Esto es muy poco comparado a lo que me atrevería a hacer solo con tal de verla sonreír todos los días, incluso ser el primer hombre en tomar una estrella entre sus manos solo para entregársela a ella.

Aunque se que ninguna estrella brillaria tanto como ella.

Salí de mi casa rumbo a la cabaña donde ella se encontraba, camine por todo el bosque y aceleré el paso cuando vi como la luna se comenzaba a mostrar detrás de las colinas.

Tarde casi una hora en llegar pero a falta de caballo tenía que caminar, así fuera hasta el otro lado del mundo solo con tal de verla unos pocos segundos.

Al llegar a la cabaña di unos pequeños golpes a la puerta de madera, no recibí una respuesta así que decidí entrar con cuidado.

Al entrar la pude ver recostada sobre la cama, durmiendo con tanta tranquilidad, en ese momento de verdad parecía un verdadero ángel, la mire tanto como pude para dejarme grabado en la mente la manera en que se ve dormida.

La promesa del amor (Completa ✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora