𝟐𝟏

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— ¿Beomgyu, en serio vas a apoyarlo? — dijo Shinwon, ofendido, mientras el castaño los ayudaba a juntar sus cosas y las llevaba a la puerta de la casa.

Los estaba invitando cordialmente a que se fueran de una puta vez.

Su plan B era arrojar sus abrigos al frente y cerrar la puerta detrás de ellos si no se marchaban por las buenas.

— Él está muy sensible, ya lo ven. — hizo ademán al pelinegro a sus espaldas

Después de esas palabras Shinwon había querido discutirle a su hijo, con más insultos que nada, Wooseok había intentado calmarlo para al menos tratar de pasar un buen rato tranquilo durante el postre y retirarse por las buenas pero el Omega mayor estaba en verdad histérico y ofendido, y hasta se había puesto de pie para que escucharan su victimismo mejor.

Pero Yeonjun se había puesto tan nervioso que se había desmayado de nuevo, siendo Soobin quién lo sostuvo, y no dejó que nadie se le acercara mientras lo acunaba en brazos.

Beomgyu lo cubrió diciendo que él estaba a su cargo y que se alejaran para dejarlo tranquilo, que debía tener espacio y que Soobin sabia perfectamente lo que hacía, cuando en realidad bien se notaba que el Beta se había puesto posesivo con el Omega.

— Fue mucha tensión y él ya estaba con presión bastante baja, es delicado.— dijo Beomgyu, y Wooseok, quién era doctor, asintió porque sabia que era posible, cuando la realidad era que el castaño estaba diciendo cosas al azar sin tener ni una mínima idea. — Después hablaré con él, les mandaré un mensaje cuando esté mejor pero merece descansar, no se esperaba que llegaran ustedes

— Gracias, Beom. — dijo el Alfa más alto. — Después pregúntale si quiere hablar con nosotros. Beomgyu asintió pero no lo haría. — Vamos, Shinwon.

Cuando al fin se fueron soltó un suspiro pesado, poniendo la traba de la puerta de una vez por todas.

Miró de lejos a la pareja, Soobin sostenía a Yeonjun como si fuera un bebé, medio sentado en su regazo, la mejilla a la altura del pecho del Beta, el pelirrojo acariciaba su cabello y sus rosadas mejillas con lentitud, mientras su brazo rodeaba su cuerpo y sostenía la mano del Omega, que lucía diminuta comparada a la del mayor.

Beomgyu rio como un tonto y se acercó a él, mantuvo dos pasos de distancia.

— ¿Está bien?— preguntó.

— Si, está bien, su pulso se normalizó desde que esos dos se fueron. — dijo Soobin, hablando bajo y tranquilo, aunque por dentro seguía asustado desde que había visto a Yeonjun mareándose y cayendo inconsciente de nuevo.

— ¿Puedo ayudar con algo?

— Si, tráeme un trapo mojado en agua fría, por favor.— pidió Soobin, y el castaño asintió, antes de ir hacia la cocina, apenas a metro y medio de la mesa, abriendo el agua fría del fregadero y dejándola que se enfríe mientras buscaba un trapo entre los cajones.

Pasaba su dedo pulgar con suavidad por la mejilla del Omega entre sus brazos, sus labios estaban entreabiertos y uno de sus mofletes se aplastaba de forma adorable contra su pecho, lo había acomodado para que escuchara sus latidos y así darle tranquilidad.

Notó que Yeonjun fruncía su ceño ligeramente en su inconsistencia, y comenzó a acariciar su cabello, el gesto desapareció dejando una expresión tranquila y Soobin sonrió como un bobo.

Beomgyu se sentía algo mal por interrumpir ese momento bonito, y ahogando una sonrisa fue hacia él, extendiendo lo pedido, manteniendo su distancia.

Le parecía algo lindo en parte que ambos estuvieran así de posesivos y privados con su espacio, se le hacía adorable.

𝐎𝐮𝐫 𝐋𝐚𝐬𝐭 𝐝𝐚𝐲𝐬 || 𝐒𝐨𝐨𝐣𝐮𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora