Capítulo 13 : Deseo y trabajo

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IRENE REYES

La fiesta de Agnes había sido un éxito, y aunque la tarde había tenido sus momentos difíciles, ver la alegría en los rostros de los niños y la sonrisa de Ben había hecho que todo valiera la pena. Después de despedirme de todos, regresé a casa, todavía llena de la energía del día. Me cambié a algo más cómodo, un pijama y una camiseta, y me dispuse a trabajar en algunos pendientes que tenía acumulados.

Me senté en mi escritorio, rodeada de mis notas y bocetos de guiones. Encendí la lámpara de escritorio, y la luz cálida llenó el rincón de mi habitación. Empecé a revisar correos electrónicos y a organizar mis ideas para un nuevo proyecto, tratando de mantenerme concentrada.

De repente, mi teléfono comenzó a sonar, interrumpiendo el silencio. Al ver el nombre de mi profesor en la pantalla, sentí una mezcla de sorpresa y nerviosismo. Contesté rápidamente.

—¡Hola, profesor! ¿Cómo está? —dije, tratando de mantener la calma aunque mi corazón latía con fuerza.

—¡Irene! ¿Cómo estás? —respondió él, su voz tan cálida y entusiasta como siempre.

—Estoy bien, gracias. ¿Y usted?

—Muy bien, gracias. Oye, quería decirte algo importante. Presenté tu guion a un amigo productor y le encantó. Quiere verte para charlar sobre el guion y, tal vez, llevarlo a la pantalla grande.

Me quedé sin palabras por un momento, sintiendo una oleada de emoción y asombro. Mi corazón empezó a latir aún más rápido y un nudo se formó en mi garganta.

—¿De verdad? ¡No puedo creerlo! Esto es... increíble. —Finalmente logré decir, mi voz temblando de emoción.

—Sí, lo es. Quiere reunirse contigo este fin de semana. Te enviaré los detalles por correo electrónico. Estoy muy orgulloso de ti, Irene.

—Gracias, profesor. Esto significa mucho para mí. No sé cómo agradecerle lo suficiente.

—Solo sigue trabajando duro y mostrando tu talento. Esto es solo el comienzo.

—Lo haré, lo prometo. Muchas gracias de nuevo.

Colgué la llamada, sintiéndome abrumada por la noticia. Me quedé sentada un momento, mirando fijamente mi teléfono, tratando de asimilar lo que acababa de suceder. La oportunidad de mi vida estaba al alcance de mis manos, y aunque estaba emocionada, también sentí una punzada de preocupación. Sabía que aceptar esta oportunidad significaría grandes cambios, no solo para mí, sino también para Ben y los niños.

Respiré hondo, tratando de calmar mis pensamientos. Miré alrededor de mi pequeño apartamento, que ahora parecía más grande y lleno de posibilidades. Este era el primer paso hacia mi sueño, y aunque el camino no sería fácil, estaba decidida a seguir adelante. Sabía que tendría que hablar con Ben y explicarle lo que significaba esta oportunidad, y la tristeza de dejar a los niños me golpeó de repente.

El sol de la mañana se filtraba por las cortinas de la habitación, despertándome con su luz cálida. Era sábado, el día de la reunión con el productor para charlar sobre mi guion. Me levanté de la cama, todavía sintiendo la emoción del día anterior. Hoy regresaría al estudio para continuar con la pasantía.

Después de una ducha rápida, me vestí con unos jeans ajustados y una camiseta blanca, combinados con mis Converse favoritas. Salí de la habitación y saludé a mis tíos y a mi prima, quienes estaban en la cocina desayunando. Tomé un café rápido y me dirigí hacia la puerta.

—¡Suerte hoy, Irene! —me dijo mi tía con una sonrisa cálida.

—¡Gracias! —respondí, devolviéndole la sonrisa antes de salir de casa.

DESTINO CRUZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora