XIII

226 37 3
                                    

Pov. Jennie

Lisa me estaba llevando hacia afuera de la mansión, no se que sorpresa tenía para mi pero estaba emocionada.

–¿A dónde me llevas? ¿Qué es tan importante?.— Le pregunté al ver que me llevaba a su campo de entrenamiento.

—Estuve pensando mucho anoche, después de lo que me dijiste me di cuenta de muchas cosas.— Me dijo Lisa tomando mis manos entre las suyas.

—¿De qué te diste cuenta?.

—Aunque es algo que odio decir, se que es una posibilidad... yo no siempre podré protegerte, es jodido pero no soy una maldita mujer invencible.

—Venir aquí ¿tiene algo que ver con eso?.

—... Quiero que aprendas a defenderte, se que no es algo convencional y definitivamente odio que te toquen y te lastimen, pero no puedo ignorar la posibilidad de no estar aquí para protegerte y yo... yo no podría vivir sin ti, eres mi ángel.

—Yo tampoco podría vivir sin ti mi amor, y ciertamente nunca había pensado en los peligros de estar con una general, si a ti te pone más tranquila que yo entrene, lo haré.

—Gracias por aceptar esposa, aunque tú entrenamiento será por mucho menos difícil y violento, no quiero que te lastimes mucho.

—Está bien... pero será más difícil en el futuro ¿no es así?.

—Lo será y tú serás más fuerte.— Tome su rostro y la bese, estaba emocionada por esta nueva etapa de mi vida.


(...)


Un Mes Después

Pasaron unos pocos días y Jennie estaba felíz con el cuadro terminado de la imagen de su enorme
mujer, su esposa.

Lo tapó con una sábana y organizó sus implementos de pintura en su pequeño estudio, el cual era el ático de la mansión un sitio perfecto para crear su arte, fué acondicionado por ella misma para sentirse más cómoda al momento de crear sus pinturas. Y su mayor inspiración era Lisa, se habían retratado juntas mirando el atardecer, Lisa montando a su bello corsel, Lisa con su imponente armadura de general, en fín, su esposa era su pequeña obsesión y su inspiración, Jennie adora a Lisa en todos sus estados, gestos y emociones.

Jennie extrañaba a su esposa, extrañaba su calor, sus abrazos, sus besos, extrañaba dormir con ella, comer con ella, bañarse con ella, simplemente extrañaba tenerla cerca, nunca pensó que sería tan difícil estar lejos de Lisa, y aunque Jennie entendía los deberes de Lisa como general, ella quería ser egoísta y tener a Lisa solo para ella sola.

Estaba en el campo de entrenamiento trabajando en aumentar su masa muscular y su resistencia, a Jennie nunca le pasó por la mente tener que subir de peso, de hecho acostumbraba a no comer para bajar de peso y cuidaba mucho que comía, cada que se miraba al espejo veía algo mal, como si algo estuviera fuera de lugar, no le gustaba como se veía y pensaba que era porque necesitaba bajar más peso, pero ahora que a ganado más músculo y que a estado comiendo bien gracias a Lisa, cada que se mira al espejo ve a una mujer nueva y renovada, le gusta lo que ve y se da cuenta que lo único que necesitaba era comer bien y además entrenar con los soldados de su esposa.

Harry, uno de Los soldados mejores entrenados la estaba entrenando progresivamente y aunque estaba orgulloso de lo que se había logrado en un mes de entrenamiento, aún le faltaba mucho a su señora para defenderse se alguien con su experiencia y tamaño, en estos momentos estaba seguro de que su señora podría defenderse de otra mujer pero no era suficiente,sus reflejos ya habían mejorado, su fuerza había mejorado, ya había subido de peso y eso solo significa una cosa, era hora de subir la dificultad, Hank estaba ansioso de ver como se adaptaría su señora.

—Esto es suficiente por hoy mi señora.— Dice Hank para después darle algo para que se seque el sudor.

—¿Enserio? Yo aún no estoy cansada.

—Aún no siente el cansancio mi señora que es diferente, ya llevamos tres o cuatro horas entrenando, debe descansar.— Hace un ademán para que Jennie se dirija a la mansión.

—Es una lástima, pero ya que usted lo dice, está bien.— Pasa por delante de Hank directo a la mansión y esté la sigue de cerca.

—Mañana será un día más duro mi señora, ya es hora de subir el ritmo.— Le dice con una sonrisa.

—¡¿Enserio?! ¡Dios que bien! La verdad ya me estaba cansando de hacer diario lo mismo.

—No habrá mucho cambio mi señora, pero si será más difícil para usted, espero que mañana esté tan emocionada como hoy.

—No importa que tan difícil sea Hank, ese entrenamiento no me va a quitar mi entusiasmo.

Al día siguiente

—¡Ya no puedo más! ¡Me duele todo!— Se quejó Jennie que estaba echada en el suelo.

—Vamos mi señora, ¿no dijo que este entrenamiento no la iba a vencer? Demuéstrelo.— Dijo Hank tratando de aguantar una carcajada pero ya no pudo más cuando Jennie lo miro mal.

—Ya deja de reírte de mi, no me estoy rindiendo solo que ya me duele todo.

—Mhm, de hecho ya completamos el entrenamiento de hoy mi señora, solo quería hacerle una pequeña broma, pero ya se puede ir a descansar.

—Ayúdeme a caminar que no siento las piernas, hoy voy a estar todo el día en la cama.

—Le recomiendo que antes de acostarse se de un baño con agua fría, créame ayuda mucho para que ya no duelan los músculos.

—¿Es otra de sus bromas? Porque si es así no caeré.

—No, no es una broma, incluso la general se bañaba con agua fría después de sus entrenamientos, créame le hará bien.

—Está bien, le tomaré la palabra.— Siguieron caminando lentamente hacia la mansión, a Jennie le temblaban las piernas y no podía mantenerse en pie, necesitaba un descanso ya.

Al llegar a la mansión Jennie inmediatamente ordenó que le preparan un baño con agua fría, Hank entregó a Jennie a dos de sus sirvientas y ellas la llevaron hacia el baño, no pensó que funcionaría y aunque estaba temblando del frío, sus músculos ya no le dolían tanto.

Jennie estaba tan tranquila y relajada que se le olvidó que tendría visitantes no deseados y estos muy pronto le darían una sorpresa.


(...)

—Mamá ¿Cuándo llegaremos a la casa de esa mugrosa?.

—Ten paciencia Hyuna, no falta mucho para llegar, ya quiero ver la cara de esa maldita niña.

—Ya quiero llegar y quitarle todo lo que tenía que pertenecerme, ¿Por qué la eligieron a ella y no a mi? Soy yo la que se merece todo ese dinero.

—No te preocupes, una vez que lleguemos las cosas en esa casa van a cambiar, y cuando llegue la monstruo tienes que seducirla, es una cavernícola así que será fácil.— Hyuna sonrió, imaginándose a ella como la dueña y señora de esa mansión, Hyuna pensaba que podía tomar todo sin ninguna consecuencia, que sorpresas le esperaban en esa mansión.




























Lamento la demora, quería subir ya todos los capítulos pero no se pudo, así que les dejo este capítulo.

Espero estén disfrutando los capítulos.

Cualquier falta ortográfica que tenga, agradecería que me la mostraran.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 28 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

MI ESPOSA GIGANTE || Adaptación Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora