DULCEHISTORY

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Todo acabó, no importó cuántas en incontables veces busqué su perdón, algo se quebró esa noche…

Su confianza a en mí, su amor, se desvanecía con cada pelea. No importaba que tanto me esforzara, no bastaba, nada funcionaba, nada curaba lo que se había roto.

Entonces se me ocurrió como último recurso vivir juntas, pero me rechazó monumentalmente, y no suficientes con eso llegó la ruptura. La pelea más grande que pudimos tener terminó con ese amor que sostenía nuestra relación. 

No tuve más remedio que aceptarlo y dejarla ser, continuar en su trabajo era más importante que nuestra relación…

Claro que no la odio, pero no negaré que me dolió. No quería que las cosas acabaran así, porque para mí creía que ella era esa persona, también reconozco, pero muy en el fondo, muy en el fondo de mí, ella tenía razón de estar enojada, de no ver el futuro que yo vi con ella. 

Así que la dejé ir, me concentré en mí, tenía suficiente del drama, me concentré en mis estudios.

Es como dos años después de que me gradué, mis padres orgullosos celebraron mi más grande logro, tal vez el único en mucho tiempo. Lo que no pronostique o llegue a imaginar que es mi padre me daría un gran trabajo en la empresa, oficina, un sueldo no generoso y mucho, mucho trabajo…

Con el tiempo el trabajo se convirtió en lo único más importante que respirar, me concentré en demostrar mi valía, en ser la mejor del bufete…

Hoy hace cinco años me dijo adiós…

Tristeza?, no, arrepentimiento?, tal vez, ¿pero no puedo olvidar alguien que se llevó una parte de mí?, que me entregó una parte de ella. Aun así intento no pensar en ella, a pesar de que con el tiempo se ha vuelto muy famosa, y que le veo en todas partes, hasta las redes sociales he dejado de usar. Por eso, ruego que en esta oportunidad de cerrar este negocio en Milán no tenga la mala fortuna de encontrarla. 

Pasé años evitando lugares y personas con tal de no verla, y espero que, por buscar la firma de este contrato y seguir al empresario al desfile de lanzamiento de su hija, me la tenga que encontrar. ¿Qué tan mala suerte podría tener? 

Y sí, como si la hubiera invocado, siento esa mirada que me derretía…